La palma revive en Tumaco, una de las zonas más conflictivas de Colombia

Tumaco, uno de los epicentros del narcotráfico con más de 5.000 hectáreas de coca, resurgen las plantaciones de palma de aceite tras años de plagas, violencia y una grave crisis económica y social.

Un trabajador en un cultivo de Palma de Aceite en la localidad colombiana de Tumaco. Foto: EFE
Un trabajador en un cultivo de Palma de Aceite en la localidad colombiana de Tumaco. Foto: EFE

Tumaco, uno de los epicentros del narcotráfico con más de 5.000 hectáreas de coca, resurgen las plantaciones de palma de aceite tras años de plagas, violencia y una grave crisis económica y social.

La Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) tiene sus ojos en este pueblo del suroeste de Colombia, ubicado en la costa pacífica del departamento de Nariño y casi fronterizo con Ecuador, donde la debacle de los productores comenzó en 2004 a causa de la llamada Pudrición del Cogollo (PC).

Esa plaga afectó a cerca de 35.000 hectáreas de palma de aceite, la materia prima del biodiesel, de las cuales 17.000 pertenecían a pequeños y medianos productores, y causó pérdidas económicas de 400.000 millones de pesos (unos 200 millones de dólares) en una región ahogada por la pobreza y la exclusión social.

Años después, en 2009, el cauce del río Mira se desbordó y también afectó los cultivos con el resultado de 30.000 damnificados.

Esos episodios se sumaron a una crisis estructural provocada por bandas herederas de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupos armados ilegales y mucha extorsión en una población que, según el censo de 2008, cuenta con 171.281 habitantes pero con toda seguridad son muchos más debido a la llegada de desplazados por la violencia rural.

El director de Asuntos Institucionales de Fedepalma, Gabriel Peláez, explicó a Efe, durante una visita a la zona, que años atrás Tumaco "estaba muy asediada por cultivos ilícitos, una situación que no ha cambiado totalmente", pero advirtió que hay una transformación con la reactivación del empleo.

Y es que si bien en Tumaco se han reducido los cultivos ilegales en los últimos años, el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) afirma que se trata de la localidad con mayor número de hectáreas de coca de toda Colombia, en total 5.065, casi el 10 % del total del país.

La recuperación de la palmicultura en Tumaco ha sido posible en parte gracias al cruce de las especies de palma Coarí y LaMé, con el resultado de una nueva variedad híbrida conocida como OxG, mucho más resistente a las plagas y con una mejor calidad de aceite.

El resultado es que empresas locales como Palmeiras vieron crecer en 2013 sus ingresos hasta un 37 %.

Tras la crisis de 2004, en Tumaco, conocida paradójicamente como "la perla del Pacífico", "sólo quedaron 2.000 ó 3.000 hectáreas (de palma) pero en los últimos cinco años se ha iniciado un proceso de renovación de aproximadamente 17.000 hectáreas", indicó Peláez.

Y esas plantaciones, argumentó, "ya están dando sus primeros frutos, las plantas extractoras están volviendo a operar", lo que ha permitido "dinamizar el empleo en la palmicultura", con 2.154 puestos de trabajo directos y 3.231 indirectos nuevos en la zona.

En los dos últimos años ha aumentado considerablemente la producción de aceite de palma al llegar en 2013 a 13.797 toneladas, pero muy lejos de las 76.632 toneladas de 2003.

Por eso quedan muchos retos para una población marcada por tantos problemas.

La necesidad inmediata, según el coofundador de la Corporación para el Desarrollo Agroempresarial de Tumaco (Cordeagropaz), Carlos Alberto López, es que el Gobierno agilice los créditos a los campesinos.

Eso, dijo, "llevaría al manejo de las plantaciones en las condiciones óptimas" durante los cuatro primeros años, periodo en el que la palma se vuelve autosostenible.

Mientras tanto, los pequeños productores se las arreglan con negocios alternos o cultivando otros productos para el sustento diario, incluida hoja de coca, o para financiar la palma hasta que cumpla el ciclo productivo y puedan recuperar las inversiones.

"Tenemos el personal, las ganas, las tierras, nos falta solo el capital", señaló a Efe el gerente de Palmeros del Pacífico Sur (Palmasur), Julio Sevillano.

Renovar una hectárea de palma cuesta 15 millones de pesos (unos 7.500 dólares) y a la fecha, según Peláez, "se han invertido cerca de 250.000 millones de pesos (unos 125 millones de dólares)" en el plan de revitalización que se ha implementado en un 48 %.

El objetivo de Fedepalma es que "los pequeños y medianos productores sean quienes reingresen al negocio palmero", como sucedía hace seis años cuando el 50 % de los cultivadores pertenecía a este sector. Daniel M. Salazar Castellanos.

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