Líderes europeos y árabes encabezarán la marcha en Túnez contra el terrorismo

Líderes europeos, como el presidente francés, Francois Hollande, y árabes, como su colega palestino, Mahmud Abás, encabezarán este la gran marcha internacional convocada por Túnez contra el terrorismo yihadista.

Museo del Bardo de Túnez, ofrendas a las personas muertas tras el ataque terrorista. Foto: EFE
Museo del Bardo de Túnez, ofrendas a las personas muertas tras el ataque terrorista. Foto: EFE

Líderes europeos, como el presidente francés, Francois Hollande, y árabes, como su colega palestino, Mahmud Abás, encabezarán este la gran marcha internacional convocada por Túnez contra el terrorismo yihadista.

La manifestación arrancará a las 11.00 hora local (10.00 GMT) en dos lugares de la capital y convergerá en la puerta del museo de El Bardo, escenario hace una semana de un atentado yihadista con rehenes en el que murieron 21 personas, 20 de ellas turistas extranjeros.

Por un lado saldrán desde el vecino edificio del Parlamento las autoridades, con Hollande, Abás y el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, a la cabeza, y por otro los miles de tunecinos que han sido convocados en la histórica puerta de Saadum a través de los medios de comunicación y los minaretes de las mezquitas.

Además de los mandatarios palestino y francés, también se espera la participación de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y del primer ministro italiano, Matteo Renzi, así como de su colega argelino, Abdelmalek Sellal.

Desde Europa también han confirmado su asistencia el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski; el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el presidente del Parlamento galo, Claude Bartolone.

La canciller alemana, Angela Merkel, que había comprometido su presencia, no viajará finalmente a Túnez por el accidente del avión de Germanwings en los Alpes y le sustituirá el ministro de Interior, Thomas de Maizière.

Todos ellos representan a los cuatro países europeos que sufrieron víctimas en el atentado del pasado 18 de marzo en El Bardo, el más grave sufrido por Túnez desde el perpetrado en 2002 en la también turística isla de Djerba.

En la marcha popular, que partirá desde la ciudad vieja en dirección al jardín del museo, donde los jefes de Estado descubrirán una placa en recuerdo de las víctimas, participarán todas las fuerzas políticas del país, desde el frente de izquierdas a los islamistas moderados de An Nahda, bajo un mismo lema "Libertad para Túnez, fuera el terrorismo".

Al Nahda, segunda fuerza parlamentaria, divulgó el viernes un comunicado en el que animaba a sus seguidores a acudir en masa a la manifestación, que el Gobierno pretende sea histórica.

Miles de tunecinos ya salieron a la calle bajo la misma bandera y el mismo lema el pasado martes, en una manifestación de repulsa organizada con motivo del inicio del Foro Mundial Social (FMS), que concluye este sábado y que ha reunido a miles de activistas de los derechos sociales procedentes de todos los rincones del mundo.

El FMS ha instado a todos aquellos participantes que no tengan previsto partir hoy participar en la manifestación, que Túnez entiende en protesta por un fenómeno que no es exclusivo del norte de África ni de los países musulmanes sino de todo el planeta.

Además, una amplia delegación interreligiosa formada por representantes de comunidades musulmanas, judías y cristianas, europeas y nacionales se unirá a la marcha, para la que se han decretado medidas excepcionales de seguridad.

La masacre de El Bardo se inició cuando un joven de unos veinte años abrió fuego contra un autobús en el aparcamiento del museo en el que viajaban unos 40 turistas. En esa primera ráfaga perecieron siete personas.

Después, el terrorista y sus cómplices entraron en el edificio del museo, el más importante de Túnez, y tomaron a un número indeterminado de rehenes antes de ser acribillados a balazos por la Policía, y tras matar a otros trece turistas y una empleada tunecina.

La difusión el pasado domingo de un vídeo en el que se veía a tres hombres armados en el interior del museo obligó a las autoridades tunecinas a admitir que uno de los atacantes había logrado huir, y aumentó las sospechas sobre los servicios de seguridad.

Un error que se suma a una larga cadena de fallos que facilitaron el atentado, ya que la Policía tenía a uno de los atacantes fichados desde que regresó en diciembre de forma clandestina desde Libia pero no lo detuvo al no considerarlo peligroso.

Además, investigadores de Interior examinan por qué los agentes de Seguridad faltaban de sus lugares de trabajo en El Bardo y en el Parlamento en el momento de la masacre.

Las pistas apuntan hacia la región de Kasserine, un área montañosa en la frontera con Argelia en la que se concentran cientos de yihadistas tunecinos, pero también radicales procedentes de la mayoría de países del Sahel.

En esa zona tiene su bastión el grupo radical local "Ansar al Sharia" y la célula "Katibat Okba Ibn Nafáa" (Falange OIN), vinculados a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), a los que el jueves el Ministerio de Interior acusó del ataque. EFE