El de Garzón sería un crimen de Estado

Iván Lombana, fiscal que encabeza las investigaciones sobre el asesinato se Jaime Garzón, periodista y humorista baleado en Bogotá el 13 de agosto de 1999, aseguró en declaraciones al canal Caracol que en dicho crimen participaron altos miembros de la Policía, el Ejercito y del desaparecido DAS, y no solo el líder paramilitar Carlos Castaño, único condenado por el caso.

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Los señalamientos van encaminados hacia el coronel (r) del Ejército, actualmente detenido, Jorge Eliécer Plazas Acevedo, experto en inteligencia y quien comandó los seguimientos a Garzón. Además, hospedó en su apartamento a los sicarios que ejecutaron el asesinato, quienes procedían de Medellín y pertenecían a la ‘banda de la terraza’, al servicio del jefe paramilitar alias ‘Don Berna’, extraditado a EE.UU. Además, en el inmueble de Acevedo aparecieron mapas relacionados con el hecho.

Otro de los implicados es el general (r) Rito Alejo del Río, quien paga 25 años de cárcel por matar un campesino chocoano y ser acusado de tener vínculos con Carlos Castaño, pues él era el superior de Plazas y por tal motivo su versión será escuchada por las autoridades el 14 de marzo

Entre tanto, también aparece salpicado en la investigación el subdirector del extinto DAS, José Miguel Narváez, señalado de instigar a Carlos Castaño para asesinar a Garzón. Además, habría más militares inmiscuidos.

Por otro lado, el proceso ha descubierto que directivos del DAS y el general (r) de la Policía, Mauricio Santoyo, quien fuera jefe de seguridad en su momento de Álvaro Uribe, desviaron la investigación al presentar sicarios falsos para proteger a los verdaderos. 

Además, Santoyo, quien paga 13 años de prisión en Estados Unidos tras entregarse por sus nexos con alias ‘Don Berna’, habría sido el encargado de no dejar huellas en la escena del crimen y también fue quien le entregó a ‘Don Berna’ a los verdaderos sicarios para que éste los matara. Además, también presentó testigos falsos y con detectives del DAS elaboró informes  relacionando personas que no tenían nada que ver con el hecho. 

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Finalmente, el fiscal del caso aviso que este complot criminal sirvió para adelantar otros crímenes contra defensores de derechos humanos por ser tachados por la extrema derecha de ser cómplices de la guerrilla.

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