Exigir buena ortografía no es acoso laboral afirmó la Judicatura

Una funcionaria logró una sanción para el juez que trabajaba, por haber sido destituida de su cargo ante unas faltas ortográficas en su trabajo, lo cual ella presentó como acoso laboral, ante lo cual la judicatura revocó dicha sanción al juez. 

Colombia.com - Actualidad
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Una funcionaria logró una sanción para el juez que trabajaba, por haber sido destituida de su cargo ante unas faltas ortográficas en su trabajo, lo cual ella presentó como acoso laboral, ante lo cual la judicatura revocó dicha sanción al juez. 

La Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura revocó una sanción proferida contra un juez por acoso laboral, pues afirmó que exigir buena ortografía no es acoso laboral.

Exigir a un empleado que tenga buena ortografía no puede constituirse en una persecución laboral, fue la determinación de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura al absolver al juez promiscuo del municipio de Guática, Risaralda, Manuel Antonio Marín Arredondo, quien declaró insubsistente a una empleada de su despacho por no desempeñar bien su trabajo.

"Poner a la funcionaria a escribir un dictado para comprobar su ortografía no debe configurarse en acoso" afirmó el magistrado Ovidio Claros, presidente de la Sala Disciplinaria, pues ello “lo que se evidencia es que el inculpado en ejercicio de sus facultades tomó las medidas que consideró necesarias para poder realizar un buen trabajo y prestar un buen servicio”.

El caso inició cuando el juez Marín Arredondo había sido sancionado con destitución e inhabilidad general por el término de 10 años por el Consejo Seccional de la Judicatura de Risaralda, luego de una queja presentada por la citadora de su despacho, quien aseguró que sufría persecución laboral porque el funcionario le hizo una evaluación de ortografía, le entregó un memorando por cerrar el Juzgado antes de la hora legal y tomarle fotos a la organización del archivo que tenía a su cargo.

El alto tribunal también resaltó la importancia de las exigencias de la buena ortografía y redacción entre los funcionarios judiciales, en especial, quienes deben escribir y proyectar fallos judiciales que son de trascendencia para la sociedad.