Hospital de Quibdó muere lentamente tras promesas incumplidas

El panorama es tan triste que no alcanzan los adjetivos para describirlo. En plena campaña nacional para evitar o limitar el chikungunya, por ejemplo, los patios del hospital son pozos de agua estancada putrefacta que rebasan las propias alcantarillas, en un foco para los mosquitos que traen el dengue. Da pena ajena.

Colombia.com - Actualidad
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El panorama es tan triste que no alcanzan los adjetivos para describirlo. En plena campaña nacional para evitar o limitar el chikungunya, por ejemplo, los patios del hospital son pozos de agua estancada putrefacta que rebasan las propias alcantarillas, en un foco para los mosquitos que traen el dengue. Da pena ajena.

En un estado de debilidad manifiesta. Así se encuentra el hospital San Francisco de Asís de Quibdó, Chocó, en donde la situación es tan precaria y las condiciones tan deprimentes que en el área de pediatría no tienen ni tapabocas o alcohol para atender a los pacientes. 

Se supone que es el único hospital de segundo nivel y el más importante de la ciudad, pero su infraestructura lo único que refleja es el abandono del Estado, ese que parece generalizado en todo el departamento.

Los fines de semana no se recogen los residuos hospitalarios que quedan acumulados en cuartos a donde nadie quiere entrar, que desprenden fuertes olores y que están ubicados a escasos metros del personal o, incluso, al lado de habitaciones con pacientes en recuperación, en cuartos donde la humedad está ‘comiéndose’ las paredes, donde los techos se están cayendo, donde el cableado está expuesto.

“Estamos trabajando con las uñas. De berracas atendemos bien a los usuarios porque no hay con qué. La planta física se nos está cayendo encima, no tenemos insumos. No hay un tensiómetro, sabiendo que en maternidad es uno de los signos más importantes. Estamos abandonados”, cuenta Marilyn Romana, enfermera.

Y es que este hospital atiende principalmente a maternas. La coordinadora de enfermeras, Zureya Hinestrosa, asegura que en el futuro debería construirse otro hospital para dejar este solo para atender embarazadas porque “en pleno siglo XXI llegan maternas que tienen 12 hijos. Eso se consigue con mucha facilidad”. No hay unidad de cuidados intensivos, hay una unidad de recién nacidos en donde este domingo las enfermeras atienden los bebés de dos menores indígenas que no tienen certeza de su propia edad.