Historias de vida que deja la deportación de miles de colombianos

Algunos niños venezolanos de padres colombianos han quedo en completo desamparo, pues sus padres han sido deportados a Colombia y ellos no pueden pasar la frontera por ser venezolanos. 

Otros niños logran pasar la frontera, pero en medio de insultos y malos tratos por parte de la guardia venezolana. Un menor de 12 años relató a los medios de comunicación colombianos, que se tuvo que ir de su casa luego de recibir amenazas por parte de hombres de la Guardia Venezolana. “Ellos no tienen compasión con nadie, nos dicen lárguense de aquí, tienen dos minutos, o le tiramos un balazo”.

Son varias las historias que desatan este cierre de frontera como la de un par de esposos colombianos que tuvieron que dejar a sus dos hijos al cuidado de vecinos que son venezolanos. 

Rosa Elena Ballesteros y John Alexander Vargas hacen parte de los cientos de colombianos que fueron deportados desde Venezuela y viven un drama familiar a raíz de la situación. Aunque la mayor parte de su vida la han pasado en el vecino país,fueron expulsados a la fuerza y no pudieron llevar con ellos a dos de sus hijos, de 11 y 12 años.

Rosa Elena, que ha vivido 22 de sus 27 años de vida en Venezuela, lamentó que “ya uno está acostumbrado a Venezuela, de vivir allá y ser criado allá para que lo vengan a sacar de la noche a la mañana así como un perro”.

Su esposo, que se desempeñaba como vigilante, mostró su preocupación por sus hijos: “no sabemos nada de ellos y con esta situación no sabemos si están bien o qué les ha pasado”. La pareja aguarda en un albergue de Cúcuta junto a su hija a que haya una solución a la situación en el vecino país y puedan reencontrarse con sus dos hijos.

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Colombianos de tercera edad cruzan la frontera en medio del llanto, una mujer comentaba que ella tenía todos sus familiares en venezuela, toda una vida de trabajo en el país vecino para ser echados de manera violenta y denigrante.

Fanny Godoy de 72 años, dijo llevaba 40 años en Venezuela, tenía su casa y trabajaba en la fábrica de tabaco del pueblo, donde se desempeñaba como elaboradora de cigarros, sin embargo, la historia de esta bumanguesa, cambió cuando unos veinte soldados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), armados de fusiles, irrumpieron en las polvorientas calles de La Invasión y uno a uno fueron tocando en los ranchos en busca de colombianos.

“Yo fui la primera con que se toparon, no tuvieron compasión alguna ni siquiera porque soy una anciana, lo mismo les dio”, relató la mujer con el rostro enjuagado en lágrimas.

Sentada en un muro del Centro de Migraciones, a donde llegó después de ser deportada por las autoridades venezolanas (no tenía documentos en regla, pese a llevar viviendo 40 años en San Antonio y de tener dos hijas nacidas en este municipio), Godoy no paraba de llorar su suerte.

“No tengo nada aquí en Colombia, todo quedó allá en Venezuela, mis hijas, mis cositas; No me dejaron sacar nada”, contó la mujer.Godoy dijo que pese a tener todo en San Antonio, no le quedaron ganas de volver. “Me despreciaron y discriminaron como a un perro”, dijo.

Todas estas historias desatan una crisis humanitaria, más de mil colombianos se encuentran en los albergues, aún siendo resguardados del conflicto limítrofe intentan cruzar el río Táchira por sus enseres y otros para poder ir a ver a sus hijos. Algunos estando en Colombia se preguntan por el destino que tuvo su hogar y sus cosas. 

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El gobierno colombiano esta atento al llegado de más buses a la fronteras con colombianos deportados, algunos regresan con una inmensa tristeza, otros rogando regresar a su país y escapar de venezuela para no ser víctimas del maltrato verbal y psicológico del gobierno de Venezuela. 

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