Una veintena de espontáneos heridos en feria taurina en Cartagena

Las corralejas de Turbaco, un tradicional festejo taurino cercano a la caribeña ciudad de Cartagena (norte), se cobró 19 heridos, uno de gravedad, entre los espontáneos diestros que expusieron sus vidas ante unos toros criollos de media casta.

Las corralejas de Turbaco, un tradicional festejo taurino cercano a la caribeña ciudad de Cartagena (norte), se cobró 19 heridos, uno de gravedad, entre los espontáneos diestros que expusieron sus vidas ante unos toros criollos de media casta.

La segunda de cinco tardes taurinas de las fiestas patronales de Santa Catalina de Alejandría en esta población aledaña al turístico puerto de Cartagena, festejos nacidos en las tradiciones de vaquería traídas por los primeros conquistadores españoles.

Uno a uno, durante la tarde saltaron al ruedo cerca de treinta toros que decenas de personas, casi todas bajo los efectos del alcohol, trataron de torear con cualquier objeto que tenían a mano.

A la par de estos espontáneos e inexpertos toreros, en el ruedo hubo manteros, capoteros, banderilleros, paragüeros, picadores y vaqueros que por unos cuantos miles de pesos engalanaron el festejo con capotazos y banderillazos.

El turbaquero Miguel Gómez, quien asiste con su familia a los cinco días de corraleja, explicó a Efe que la fiesta "es algo tradicional. Desde que nacimos crecimos viendo la corraleja, aquí está toda la familia, es una tradición en la población".

A diferencia de la lidia profesional, donde el toro es picado, capoteado, toreado y finalmente sacrificado bajo el hierro de la espada, en la corraleja se le respeta la vida y la fiesta gira en torno de una tácita exaltación del animal.

"La corraleja se pone buena cuando salen buenos toros valientes que se dejan torear y se dejan banderillear", destacó Gómez.

Durante la corraleja de este domingo, el entusiasta público aclamó a los garrocheros y manteros, pero como es habitual el gentío se puso a gritar cuando los toros lograban cornear a las personas que se lanzaban al ruedo.

"Hay mucha gente que se alegra cuando el toro coge a alguna persona, pero eso se ha ido perdiendo porque se tiene en cuenta el maltrato de la persona y se quiere que no le pase nada a nadie, lo mismo que se quiere que no se maltrate mucho al toro", agregó Gómez.

En Colombia hay múltiples organizaciones defensoras de los animales que presionan para que se apruebe una legislación permanente y nacional que prohíba cualquier tipo de maltrato pero hasta el momento estos esfuerzos no han tenido avances considerables.

EFE