El asesinato de Galán, asignatura pendiente de la justicia colombiana

Con un discurso contra el narcotráfico y la corrupción, el político liberal era por entonces el favorito para ganar las elecciones presidenciales de 1990.

Con un discurso contra el narcotráfico y la corrupción, el político liberal era por entonces el favorito para ganar las elecciones presidenciales de 1990.

El asesinato del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, cometido hoy hace 25 años, es una asignatura pendiente de la justicia que, un cuarto de siglo después, empieza a desenredar la madeja de esta conspiración del narcotráfico y agentes del Estado.

Galán, que había denunciado la infiltración y creciente poder de esas mafias en la sociedad y la política, fue asesinado a tiros el 18 de agosto de 1989 en una tarima montada en la plaza pública de Soacha.

Con un discurso contra el narcotráfico y la corrupción, el político liberal era por entonces el favorito para ganar las elecciones presidenciales de 1990, cuya campaña fue la más sangrienta que haya vivido el país.

Meses después fueron asesinados otros dos candidatos presidenciales: Bernardo Jaramillo Ossa, del partido de izquierda Unión Patriótica, el 22 de marzo de 1990, y Carlos Pizarro León-Gómez, del desmovilizado grupo guerrillero M-19, el 26 de abril del mismo año.

El asesinato de Galán fue declarado crimen de lesa humanidad por la justicia colombiana hace cinco años, lo que impide que prescriba, y el año pasado la Fiscalía encontró "25 puntos de conexión" entre ese magnicidio y los de Jaramillo y Pizarro.

"A los hombres los pueden asesinar pero a las ideas no", decía Galán, quien como senador había denunciado en el Congreso y en la plaza pública "el poder oscuro y criminal del narcotráfico".

El asesinato del político liberal de 45 años fue atribuido a una oscura alianza del cartel de las drogas Medellín, dirigido por el capo Pablo Escobar, con algunos sectores políticos y agentes estatales contrarios a su cruzada por la ética en la política y en el servicio público.

Ahora, 25 años después del crimen, sus hijos, Carlos y Juan Manuel, esperan que la justicia que no se hizo con los ejecutores del crimen, que fueron asesinados en los años siguientes, se haga con quienes planearon y ordenaron el magnicidio.

Por este asesinato fue condenado a 24 años de prisión el exsenador y exministro liberal Alberto Santofimio Botero, quien según las investigaciones sugirió a Escobar asesinar a Galán, y en los próximos meses irán a juicio el general retirado de la Policía Miguel Maza Márquez, en la época director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y otros exoficiales.

Maza Márquez, a quien se señala de haber tenido vínculos con el cartel de Cali en su guerra contra el de Medellín, fue detenido en noviembre pasado en Bogotá porque el DAS, entidad que dirigía, era el encargado de la seguridad de Galán, que extrañamente fue alterada y reducida el día de su asesinato.

El senador Carlos Fernando Galán, del partido Cambio Radical, dijo hoy a Efe que aunque se ha avanzado en lo que respecta a la participación del cartel de Medellín en el crimen de su padre, "queda pendiente la responsabilidad del clan Ochoa", aliado de Escobar, y también del cartel de Cali.

"Se ha avanzado parcialmente en el caso de políticos aliados de esos grupos ilegales y está pendiente la responsabilidad del Estado, de la Policía y el DAS. Esperamos que esas investigaciones avancen hacia la justicia", agregó el senador.

La Fiscalía considera que Maza Márquez pudo haber alterado las condiciones de seguridad del político, que ya había escapado de un atentado frustrado por la Policía 14 días antes en Medellín, y en vez de reforzar la vigilancia a Galán, nombró como jefe de sus escoltas a Jacobo Torregrosa, expolicía de oscuro pasado por presuntos vínculos con la delincuencia y quien murió años después.

También fueron llamados a juicio el coronel retirado Manuel González, quien en la época era jefe de protección del DAS, y el mayor retirado Luis Felipe Montilla, entonces comandante de la Policía de Soacha, donde se perpetró el crimen.

"El daño que le hicieron al país y a nuestra familia con el asesinato de mi padre es irreparable y los responsables tienen que dar la cara y responder por lo que hicieron", dijo a Efe el también senador Juan Manuel Galán, del Partido Liberal.

El senador agregó que la familia y el país "tienen derecho a conocer toda la verdad" de lo que ocurrió la noche del 18 de agosto de 1989.

"Vamos a seguir insistiendo, persistiendo como parte civil del proceso, para que el país conozca toda la verdad, para que haya justicia", dijo Juan Manuel Galán, quien en el funeral indicó como sucesor de su padre al jefe de debate de su campaña, César Gaviria Trujillo, quien meses después fue elegido presidente de Colombia para el periodo 1990-1994. EFE