LA LEYENDA DEL DORADO

Leyenda del Dorado - Leyenda

Museo del Oro - Shutterstock

UN RESPLANDOR QUE CEGÓ DE AMBICIÓN

Si existe una leyenda más famosa en América esa es la de El Dorado, una tierra maravillosa y fantástica en donde el oro brotaba silvestremente, cuando menos eso era lo que corría de boca en boca en plena época de conquista del nuevo mundo.

La ubicación de esta tierra prometida era misteriosa y sus coordenadas variaban como variados fueron los hombres que con el sueño de hacerse ricos se embarcaron en expediciones que dieron para muchos un resultado más parecido a la pesadilla que a la ilusión.

El camino hacia el oro fue la principal razón por la que los expedicionarios españoles llegaron a tierras inexploradas y casi inexpugnables para a su paso fundar ciudades que hoy se mantienen como firmes asentamientos con cinco siglos de historia a cuestas.

El Dorado no solo fue una imagen fantástica, también fue el motor que impulsó el descubrimiento de nuevas tierras y el arma asesina que aniquiló indígenas y propios compañeros de tropa.

Dicen que sobre la leyenda de El Dorado se habló por vez primera en las expediciones de Vasco Núñez de Balboa y que dieron como resultado el descubrimiento del océano pacífico, allí en lo que hoy corresponde a territorio panameño los nativos contaron a los españoles que había una tierra en donde el oro abundaba, un lugar donde existía tanto que prácticamente era inagotable y que se encontraba hacia el occidente, en lo que hoy se conoce como Colombia.

El Dorado motivó la movilización de soldados españoles desde los territorios que hoy se conocen como Perú y Venezuela y que tuvieron como punto coyuntural el encuentro de los comandantes militares cuyo suceso originó la fundación de las importantes ciudades colombianas de Cali y Bogotá.

Todas aquellas creaciones fantásticas tanto de nativos como de los mismos españoles fueron denominadas como “Dorado” y el primero del que se tenga referencia es el del Valle de los indígenas Tayronas en las estribaciones de la ciudad de Santa Marta en el litoral caribe colombiano, sin embargo, este dorado no tenía las dimensiones de la fantástica tierra del oro que cegó con ambición a muchos venidos de todos los puntos cardinales.

El lugar en donde la leyenda de El Dorado se instituyó como una importante parte de la tradición corresponde a Cundinamarca, territorio Muisca perteneciente a la gran familia indígena Chibcha, hoy departamento de la República de Colombia.

Allí en Cundinamarca se realizaba una ceremonia bautizada por los españoles como la del Indio Dorado que fue la que originó la creencia sobre un reino de oro.

Laguna de Guatavita - Colombia

Laguna de Guatavita - Shutterstock

Desde tiempos indeterminados, los indígenas adoraban a una especie de culebra sagrada que se presentaba en las aguas de la laguna de Guatavita, además y según la tradición oral, a dicha laguna se lanzó la Cacica junto a su hija luego de que el Cacique la acusara de infidelidad y ordenara que los demás indígenas le cantaran borrachos tonadas relacionadas con su adulterio, la cacica no soportó más este suplicio y decidió ponerle fin bajo sus aguas.

El Cacique entró en una profunda desesperación y los sumos sacerdotes, para apaciguar su drama, le hicieron creer que en el fondo de la laguna de Guatavita vivían su esposa e hija en un mágico palacio.

El cacique bañado totalmente en polvo dorado se transportaba en una balsa y justo en el centro de la laguna, arrojaba como ofrendas a su familia artículos de oro puro.

Muchos dudaron siempre de la fidelidad de todo lo referente a esta creencia, pero aún cuando se controvierta su veracidad, estos sucesos encarnaron una de las leyendas más arraigadas de la humanidad y que motivaron el espíritu aventurero de europeos sedientos de riqueza.