MADRE MAR Y LOS MUNDOS

Creación del Mundo

Creacón - Shutterstock

PRINCIPIO MATERNAL Y CREADOR

Antes no existía nada, solo una gran oscuridad era lo más cercano a un poblador de la nada hasta que apareció la madre de todo lo que existe, la mar, ella dio inicio a todo lo que tiene vida y dejó a la oscuridad como otra parte de la dualidad, luz y oscuridad serían dos principios con los cuales la existencia ha tenido que trasegar, dos opuestos etéreos pero también complementos porque sin el uno no existiría la referencia del otro.

Esa mar no era persona alguna, ella era simple y grandiosamente Aluna, la mar, la poderosa fuerza de la creación que llegó para ser luz y darle sentido a la oscuridad, pero ese nuevo amanecer no aparecería de repente, fue un proceso que se logró con tiempo y la paciencia creadora de Gualchován.

La mar, espíritu creador que los indígenas Kogui que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta llamaron Gualchován, ella también era pensamiento y siempre se le concedió el género femenino, su protectora condición maternal gestó todas las cosas existentes y lo hizo en nueve mundos.

El primero de ellos es el agua y la noche; el segundo, el tigre, un tigre en Aluna y no un tigre animal; el tercer mundo está representado por las lombrices y los gusanos; en un cuarto mundo creó otras dos madres acompañadas de un padre, este tiene como particularidad conocer cómo será la gente próxima a aparecer.

Luego creó otro mundo en cuya tierra existían hombres sin ojos, nariz ni oídos, ellos solo podían pronunciar “sai”, que significa noche.

Un sexto mundo creó un padre y una madre que dieron origen a los dueños del mundo y los primeros en hacerlo eran de color azul y negro; en un séptimo mundo se formó la sangre de los cuerpos y más gusanos.

Madre Tierra

Madre Tierra - Shutterstock

En un octavo mundo nacieron 36 nuevos dueños del mundo y finalmente, en un noveno, nacieron los blancos, quienes hicieron una casa sobre el mar porque aún no había tierra.

Después de toda la creación de los mundos nació Sintaná, fruto del pelo y la sangre de la Mar, aparecieron 4 hombres pero solo uno de ellos era como los que todos conocemos, los otros no tenían forma, huesos ni forma, Sintaná se fue formando poco a poco, hueso y tejido hasta quedar completo, como no tenía lengua, su propia madre se la otorgó.

Con el tiempo, la madre tenía aspecto masculino y llevaba poporo y mochila y por eso ordenó a sus hijos que aprendieran a realizar cosas destinadas a las mujeres como cocinar y lavar ropa porque simplemente no existían las mujeres.

Usando su poporo logró parir nueve hijas y luego los padres del mundo sacaron tierra del mar y se encargaron de separar las aguas y construir canoas para navegar hasta lograr separar las aguas lo suficiente de las nuevas tierras formando inmensas montañas a las cuales se retiraron luego de vivir en el mar desde el inicio de los tiempos.