ORIGEN DE LA SERRANÍA DE LA MACUIRA

Serranía de la Macuira - Colombia

Serranía de la Macuira - Guajira - Shutterstock

MAGIA Y ENSUEÑO PERMANENTE

La Sierra Nevada de Santa Marta es un lugar mágico y único sobre la faz de la tierra, allí no solo convergen la hermosura de la naturaleza con un mar Caribe que se quiere trepar a la tierra que se acerca a la cordillera de los Andes, sino que los espíritus fundadores de todo lo que rodea al ser humano permanecen latentes.

Este recóndito pero inigualable paraje de la humanidad alberga los sueños porque sencillamente esta tierra pone a volar la mente entre la brisa del mar y el verde de la sierra, por eso el cacique veía a sus hijos alejarse más y más con un rumbo norte, ese que conduce a las costas saladas de La Guajira, esos tres hijos que tanto amaba eran ahora unos peregrinos que partían del seno del hogar sin siquiera dar aviso.

El cacique de la familia Wayúu, la tribu milenaria y dueña de esta tierra, soñaba todos los días con la triste partida de sus hijos y era inevitable para él llenarse de tormento e incertidumbre, cada noche se dirigía sigilosamente hasta los chinchorros de la choza en donde dormían sus hijos y se cercioraba de que cada uno de ellos se encontrara allí, cuando esto pasaba sentía alivio pero al regresar a dormir, nuevamente su corazón se agitaba y el insomnio se apoderaba de su cuerpo.

Una noche, el cacique tuvo el mismo y recurrente sueño, se mecía desesperado en su chinchorro y envuelto en un insoportable sudor se puso en pie y rápidamente fue a ver si sus hijos se encontraban en la choza junto a él, casi sale el alma de su cuerpo al ver que ninguno de sus tres hijos se encontraba, así que salió y recorrió todos los lugares cercanos revisando algún rastro de sus pequeños pero todo fue en vano, es como si a los chicos se los hubiese tragado la tierra.

Nativo Amazónico

Hombre nativo Amazónico - Shutterstock

El Cacique preso por la tristeza comenzó a vagar errante por la tierra con rumbo hacia La Guajira, pues el resplandor de las noches llenas de estrellas era la guía que lo conducía, en su corazón existía la esperanza de que encontraría a sus hijos sin importar cuanta tierra tuviese que caminar, de repente y al levantar la mirada hacia el horizonte encontró tres altas montañas, algo lo dominaba y hacía que se dirigiera hacia esas cumbres, era una especie de magnetismo o mejor aún, de amor de padre; al posarse frente a esas espléndidas estribaciones encontró el rostro de sus hijos en cada una de ellas, eran caras felices, era la representación de la belleza natural.

Los tres hijos del Cacique se habían convertido en tres enormes cerros llamados Palúa, Huaresh y Jihouone, y aunque maravillado, el cacique no dejaba de sentir tristeza pero lo aliviaba la idea de que sus hijos jamás desaparecerían más porque las cumbres son eternas, solo hasta que el gran Dios creador decida lo contrario.

Aunque aisladas de la cordillera de los Andes y de la Sierra Nevada de Santa Marta, la serranía de la Macuira se ubica junto al municipio de Uribia en el departamento de La Guajira y es un páramo en medio del desierto, algo único que valida su condición de paraje mágico.