Colombiana podría cambiar cómo se curan las fracturas humanas

Se trata de Sandra Cifuentes colombiana, de 28 años e ingeniera química de la Universidad Nacional, hizo parte de ese selecto grupo al que alguna vez pertenecieron Serguéi Brin, fundador de Google, y Mark Zuckerberg, creador de Facebook.

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Se trata de Sandra Cifuentes colombiana, de 28 años e ingeniera química de la Universidad Nacional, hizo parte de ese selecto grupo al que alguna vez pertenecieron Serguéi Brin, fundador de Google, y Mark Zuckerberg, creador de Facebook.

Sandra trata de explicarlo con paciencia. Sabe que en unos cinco o diez años su trabajo podría mejorar la calidad de vida de miles de pacientes y de paso le ahorraría infinidad de recursos a los sistemas de salud.

Si sus investigaciones siguen marchando a un buen ritmo, es probable que muchas de las intervenciones quirúrgicas que se hacen para corregir las fracturas de nuestros huesos cambien de forma radical.

Ella misma lo dice, se están realizando más de 2.000 de esas operaciones. Muchas necesitan utilizar implantes para regenerar los huesos cuando se quiebran. “Usualmente se usan tornillos o placas hechos de titanio o acero inoxidable que permanecen en el hueso”, dice. “Pero pueden generar ciertas complicaciones. En adultos llevan a una pérdida de densidad ósea y en niños es posible que interfieran en el crecimiento. Además, en muchas ocasiones los implantes deben ser retirados. Eso implica una segunda operación y, desde luego, más trabajo para los médicos y más tiempo de recuperación”.

Pero Cifuentes podría ponerles punto final a esas dificultades. Desde el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas de España, donde trabaja y hace los últimos meses de su doctorado con el apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros, está desarrollando unos implantes que el cuerpo podría reabsorber una vez cumplan su función.

En términos técnicos, tal y como lo registra en su portal MIT Technology Review, “su propuesta, publicada en 2012 en la revista Material Letters, consiste en crear implantes reabsorbibles formados por una matriz de un polímero biodegradable (ácido poliláctico) a la que se añaden partículas de magnesio y de aleaciones de magnesio con otros metales biocompatibles. La gran ventaja de estos materiales es que, al encapsular el magnesio en la matriz, ésta actúa como barrera protectora y controla la velocidad de degradación de este elemento en el organismo”.

En palabras simples, su idea va a permitir que el implante, una mezcla de plástico y magnesio, desaparezca y sea metabolizado por el cuerpo una vez recupere al paciente de la fractura.