Édga Rentería: Un verdadero héroe en los momentos claves

El mejor beisbolista en la historia de colombia pasó en esta temporada de las lesiones y la banca a la gloria y el baño de cerveza.

Colombia.com - Deportes
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El mejor beisbolista en la historia de colombia pasó en esta temporada de las lesiones y la banca a la gloria y el baño de cerveza.

El niño de Barranquilla ha brillado en las finales de la serie mundial. El imparable de 1997 que le dio el título a los Marlins de la Florida y otro más para alcanzar el anillo de los Gigantes de San Francisco, son sinónimo de la  seguridad para afrontar los mayores retos.
 
En este momento de  gloria, aplausos y un baño de cerveza parecería que la temporada de Édgar Rentería fue perfecta, pero sus inicios estuvieron interrumpidos por las lesiones y la banca.
 
"Fue un año difícil para mí", admitió Rentería. "Pero me dije a mi mismo que tenía que seguir trabajando duro y mantenerme en forma porque algo bueno iba a ocurrir esta temporada y no me equivoqué".
 
Los inconvenientes venían presentándose desde el  2009 cuando se sometió a una cirugía en el codo derecho y no terminó la temporada. Luego presentó una lesión en el muslo derecho y hasta pensó en su retiro.
 
"Por las lesiones ha sido un año muy difícil, un año muy frustrante. No he jugado mucho. No estoy acostumbrado a esto y la verdad puede ser por ese lado (el retiro), aunque ahora quiero llegar a la final. No he pensado en buscar otro equipo para firmar o en estar acá porque de pronto me retiro", señaló Rentería en septiembre de este año.
 
Pero bastaron dos meses para que brillaran en sus profundos ojos oscuros el deseo de éxito y se sintiera seguro y saludable;  dijo que sólo hacía semana y media que empezaba a sentirse bien… para que más.
 
Estuvo perfecto en los juegos cruciales, donde se ven los grandes y se conocen los líderes. En las entrañas del Los Gigantes se le conoce como un hombre sencillo, de un gran corazón que contagia a todos. Bruce Bochy, manager del equipo, dijo que cuando Rentería estuvo lesionado les decía que desde allí les ayudaría ganar. Era un punto suspensivo… sólo se estaba reservando para dar lo mejor de sí en el Estadio de Los Vigilantes.
 
Con esa misma fuerza de voluntad bateó el imparable contra  Cliff Lee en la séptima entrada, un jonrón que acabó con la larga espera de cinco generaciones que no habían sentido que era recibir un anillo de Grandes Ligas en San Francisco.
 
Ese es Rentería, tranquilo en sus declaraciones, sensato en sus celebraciones  y con la inocencia de un niño que en el fondo sigue siendo el “arracacha”  de Willard 11 de Noviembre, su primer equipo.