El ritmo y el baile se imponen en cierre de festival Estéreo Picnic de Bogotá

El ritmo, el baile y la fatiga se conjugaron hoy en la jornada de cierre del festival Estéreo Picnic de Bogotá con un cartel musical que abrazó el reggae, el gipsy-punk, el rock en español, la cumbia y la música electrónica.

Los Fabulosos Cadillacs en Estéreo Picnic. Foto: EFE
Los Fabulosos Cadillacs en Estéreo Picnic. Foto: EFE

El ritmo, el baile y la fatiga se conjugaron hoy en la jornada de cierre del festival Estéreo Picnic de Bogotá con un cartel musical que abrazó el reggae, el gipsy-punk, el rock en español, la cumbia y la música electrónica.

Acompañados por el sol por primera vez en los tres días de Estéreo Picnic, que cumple este año su cuarta edición, los agotados festivaleros pudieron disfrutar de juegos extremos, relajarse en los sofás y hatos de heno dispuestos por la organización y contemplar los imponentes cerros de las afueras de Bogotá.

Los encargados de abrir la jornada del sábado se caracterizaron por sus sonidos étnicos, regionales, algunos cercanos al folk y otros a géneros urbanos.

Entre ellos, la chilena Camila Moreno, que abrazó al público con su armoniosa voz, y Charles King, quien desde San Basilio de Palenque en Cartagena (Colombia), el primer pueblo liberto de América, reivindicó la "champeta" como un género que combina lo mejor de África y del Caribe.

Con la puesta de sol, The Wailers subieron al escenario descubierto y demostraron que el reggae no era patrimonio de quien otrora fue su líder, Bob Marley, sino que se mantiene y se reinventa cada día.

El italiano Jovanotti cargó de energía a los espectadores con su mezcla de buenas intenciones, hip hop y funk, y lo demostró con un momento cumbre de improvisación en la que involucró al público con referencias al "Macondo" de Gabriel García Márquez, a la cumbia, al proceso de paz con las guerrillas en Colombia y a la mujer bogotana.

De hecho, fue posiblemente el artista más comprometido con el público de todo el festival, pues no contento con su homenaje lírico a Colombia bajó del escenario principal y se puso de inmediato un gorro con los colores de la bandera que le regaló un fanático.

La banda Bomba Estéreo llegó con su "electrocumbé", que mezcla bases electrónicas con un genuino sonido colombiano, y con éxitos como "Fuego", "El alma y el cuerpo" o "Pure Love" marcó las pautas del precalentamiento para una noche de baile.

Vestida con un luminoso atuendo azul eléctrico, la barranquillera Li Saumet invitó al público a moverse y a inspirarse con animaciones oníricas y con referencias a la cultura local.

El combo de gipsy-punk multicultural de Gogol Bordello prendió la fiesta con el sonido de sus violines, su furiosa batería y la voz desgarrada de sus vocalistas, y no faltaron saltos y empujones en un "pogo" bastante civilizado.

Como plato fuerte llegaron de Argentina Los Fabulosos Cadillacs, con una de las presentaciones más multitudinarias y esperadas del sábado de cierre, en la que el público no paró de corear sus históricos éxitos como "Calaveras y diablitos" y "Vasos vacíos".

La parte electrónica de la noche tuvo un líder indiscutible, el holandés Tiësto, sin desmerecer el electrohouse de Zedd y Axwell, exintegrante del célebre trío Swedish House Mafia.

El colofón de la fiesta corre a cuenta de la orquesta bogotana de salsa La 33 y el colectivo de pinchadiscos colombianos El Freaky, quienes cerrarán la edición entrada la madrugada con la oferta más variada y numerosa del Estéreo Picnic. EFE