‘Vecinos en crisis’, hay veces que la ayuda viene de las personas más inesperadas

Cada semana, una familia delega el control de su vida durante un mes con la esperanza de que la generosidad de los “extraños” la ayude a resolver un momento difícil. Todo comienza con una reunión comunitaria en la que al menos un miembro de la familia se pone de pie y confiesa el problema que está arruinando sus vidas: adolescentes fuera de control, adicciones, desempleo, deudas, obesidad, entre muchos otros. Luego, los vecinos, de forma individual, deciden si quieren ayudar a esta familia y, si es así, uno o dos de ellos se hacen cargo de la situación y se convierten en mentores. 

Durante las siguientes semanas, estos vecinos que ofrecen su ayuda voluntaria asumen el control: no son expertos pero utilizan sus propias experiencias de vida y, en ocasiones, enfoques no convencionales para resolver el problema. El comienzo de la relación suele ser con cierta resistencia pero, poco a poco, se consolida y surge la confianza. Por ejemplo, el mecánico de la comunidad ofrece a un adolescente en problemas una capacitación de medio tiempo, una abuela ayuda a un padre soltero con el cuidado de los niños y un defensor de la actividad física se convierte en instructor de un joven agresivo. 

Cuando el mes llega a su fin, la comunidad se vuelve a reunir para ver los cambios que se realizaron, y la familia le pregunta a cada voluntario si seguirá ayudándolos. Se vive un momento dramático y emotivo cuando, uno a uno, los vecinos deciden si desean o no seguir colaborando con la familia.