Padres primerizos - Shutter Stock

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¡Felicidades papás!

La mayoría de hombres cuando se enteran que van a ser padres sienten gran emoción. Sin embargo, también es normal que experimenten ansiedad, ya que la llegada de un hijo está catalogada como una de las experiencias que más estrés produce, por el cambio que implica en la vida de la pareja.

Consejos para los novatos

Son muchos los temores que experimenta un padre ante la llegada de un primer bebé a su vida. La mayoría de estos miedos son normales y se disipan apenas comienza a participar en las rutinas del pequeño.

Una pequeña, nueva y gran responsabilidad

Algunos hombres, cuando se les nombra la palabra hijo o hija, sacan a relucir un rosario de excusas y situaciones que no son más que parte de esos temores que surgen cuando se piensa en recibir una nueva personita en lo que antes era una apacible relación de dos. Piense, más bien, que es un nuevo reto que se le presenta y que requiere más madurez y empeño –algo parecido a cuando tiene un primer día de trabajo.

Responsabilidad

Hay preguntas frecuentes como ¿Será que estoy preparado para ser padre? O ¿Podré de verdad enseñar a vivir y crecer a mi hijo? No se asuste, todos estos pensamientos vienen de la mano con el nuevo miembro y es totalmente aceptable que los sienta.

¿Qué puede hacer?

Recuerde todo lo que ha hecho y los logros que ha alcanzado hasta ahora.

Es verdad que un primer bebé significa una gran y complicada responsabilidad, pero es un eslabón más de su vida que usted decidió escalar desde el primer momento en que quiso procrear junto con su pareja.

Trate de no autoexigirse demasiado, sino de seguir trabajando como lo viene haciendo diariamente, que con el tiempo la nueva responsabilidad de hoy será una rutina fácil de llevar.

Siéntase útil

Se sabe que desde el momento del embarazo la madre tiene una mayor conexión con el niño por el simple hecho de llevarlo en su vientre, pero la ayuda del padre durante el período de gestación y el nacimiento es importantísima para el bienestar tanto de la madre como del bebé.

Por lo tanto, involúcrese lo más que pueda en las actividades con su hijo. Lógicamente, no puede alimentarlo los primeros meses –ese es un privilegio de las mujeres que tienen la capacidad de dar pecho–, pero quizás puede hacerle cariño en su cabecita mientras su pareja lo amamanta y sacarle los gases luego de la comida.

No desatienda su relación de pareja

No deje de dialogar con la madre de su hijo, al contrario, cuéntele cómo se siente con este nuevo rol de padre y concédanse por lo menos cinco o diez minutos diarios para intercambiar ideas, miedos y expectativas.

Debe tener paciencia y saber que, conforme el bebé vaya creciendo, podrá establecer una nueva rutina con su pareja y organizar un poco más de tiempo juntos.

Cuando el bebé esté un poco más grande puede planear alguna salida con su pareja y cuadrar con los suegros o cualquier otro familiar que pueda cuidar a su niño (a) mientras usted disfruta un rato. Puede ser algo tranquilo, si le apetece un cine, una cena para no dejar tantas horas al bebé con otra persona, o si prefiere algo casero, como alquilar una película y disfrutar una noche bajo su propio techo sin necesidad de salir.

No deje de demostrar a su pareja cuánto la quiere. Si es posible dígaselo cada vez que lo recuerde y en alguna ocasión traiga algún pequeño detalle que no sea para uso de maternidad, sino algo más personal (flores, un libro o una cena).