Selección Colombia: nuevamente queda en deuda con su gente

Colombia tenía un sólo objetivo en este partido: ganar... como debe ser el objetivo de todos los partidos. Pero con Uruguay, quien ha probado una y otra vez la derrota en tierras barranquilleras, quería cambiar la historia. Pero los charrúas necesitaban más que esfuerzo para que el Metropolitano fuera terreno fértil. En los primeros minutos, Uruguay logró controlar los ataques colombianos.

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Pero la resistencia duró 15 minutos... Abel Aguilar fue la clave para desinstalar la resistencia de Uruguay, quien logró romper una resistencia que no se veía dudar. Ahora, era Uruguay quien debía proponer el juego, la iniciativa, el golpe de vuelta. Pero cuando la sequía comenzaba a calar en el equipo visitante, éste llegó al empate, desde una falta inexistente... el sabor de la injusticia caldeaba los ánimos de un estadio que ya empezaba a acalorarse por el clima y por el juego de Colombia, que con la lluvia, se extravió y no lograba encontrarse.

Cardona ingresó en el segundo tiempo y de entrada la selección cambió. Con un poco de calma y un panorama más claro, tal vez por la poca lluvia que ya caía sobre el campo, Colombia inició el segundo tiempo una actitud impulsada por la necesidad, por un lado y por el otro, por el impetú de Colombia para sacar el encuentro adelante. Arias remató al arco, luego de una jugada de Cardona y una asistencia de Bacca, pero al final, Uruguay sacó el balón, cuando se dirigía a la red.

Colombia se lanzó al campo de Uruguay y los cafeteros no dejaban que Uruguay reaccionara. Se percibía un que el gol estaría cerca, pero por más que la selección llegara a predios de Muslera, no lograba conseguir ese gol que en cada llegada, parecía venir. Como un ejército ya lanzado a la ofensiva, Colombia no daba tregua y bastaban unos segundos para recuperar el balón... pero faltaba el gol.

Pero todo ese esfuerzo se fue a la basura, cuando al minuto 73, Óscar Murillo calculó mal el rechace de un balón y Luis Suárez el 9 del Barcelona y botín de oro, recogió ese balón y anotó el segundo para los charrúas. El panorama era desolador y el silencio del Metropolitano apenas era estropeado por los cánticos de los pocos hinchas uruguayos.

Colombia se descompuso y en definitiva, los roles de cada jugador se perdieron y Colombia era un compendio de jugadores que corrían sin orden e impulsados por la desesperación del resultado. Pero dentro del caos se encontró la solución y en un centre de Cuadrado, en el minuto 84, Jerry Mina impactó el balón con un tremendo cabezaso. Los últimos minutos eran, sencillamente, un auténtico sufrimiento. En los últimos minutos no hubo oportunidades claras y Colombia, aunque hubo momentos de buen fútbol, hizo recordar a esa selección que no lograba entrar a los mundiales.

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