La importancia de la evaluación médica y los exámenes paraclínicos antes de la cirugía.

Es importante que el paciente conozca los exámenes que deben practicarse antes de una operación con el fin de poder manifestar oportunamente, de acuerdo a su estado de salud,  sus dudas e inquietudes al médico.  

Las razones primordiales por las cuales se solicitan estos exámenes son:

-La primera como un marcador del nivel de base del cual parte el paciente antes de ser sometido al procedimiento quirúrgico.  Con esto se busca saber de donde se parte y como medir los ajustes que deben hacerse durante o después del procedimiento quirúrgico.
 
-La segunda, como predictores de complicaciones durante  o después de la operación. Se piensa que algunos hallazgos paraclínicos pueden pronosticar un mal desempeño y por lo tanto alertar al médico sobre los cuidados y medidas preventivas que debe establecer antes de la cirugía.
 
-La tercera, como indicadores de enfermedad existente pero asintomático.  Esto permitiría considerar el aplazamiento del procedimiento hasta estudiar adecuadamente al individuo y definir si requiere o no algún tipo de tratamiento.
 
-La cuarta, como mecanismo de protección médico legal, que permita al médico defenderse de demandas en caso que ocurran complicaciones postoperatorias.

Los exámenes más importantes a los que debe someterse el paciente son los de hemoglobina,  hematocrito, glicemia, pruebas de función renal, mediciones sodio y potasio,  pruebas de coagulación, parcial de orina y la radiografía del tórax.  
 

Según el Doctor Hugo Cortés Ochoa, médico cirujano plástico, se   piensa que el uso de la radiografía de tórax en pacientes no cardiópatas puede ayudar a detectar alteraciones cardiopulmonares que no tengan manifestación clínica o condiciones que puedan aumentar la aparición de complicaciones intra o postoperatorias. También se ha considerado que puede servir como un examen de base que pueda facilitar la detección de nuevas condiciones en el postoperatorio.
 
El  electrocardiograma puede ser útil en el periodo preoperatorio como método diagnóstico de condiciones cardiovasculares sintomáticas y como predictor de complicaciones durante o después de la cirugía.
 
Actualmente el hemograma, además de la detección de hemoglobina, también informa de manera automática una serie de resultados entre los que se encuentran el conteo de leucocitos, plaquetas y detecta problemas de anemia.  
 
Las pruebas de coagulación  a diferencia de los demás exámenes  buscan específicamente una condición que en la mayoría de los casos no produce síntomas ni signos, y donde el interrogatorio aporta poca información como en los niños. También se recomiendan como control en pacientes que toman medicaciones o tienen enfermedades que alteran el proceso normal de la coagulación y como predictor de complicaciones hemorrágicas.
 
La solicitud de los exámenes bioquímicos  (nitrógeno ureico, creatinina, glucosa y electrolitos) es justificada en la detección de anormalidades asintomáticas que puedan empeorar la condición del paciente durante el procedimiento quirúrgico o el pronóstico posterior.

El uruoanálisis se ha justificado en el aumento del riesgo de infección del sitio operatorio en ciertos procedimientos que se hacen cuando existe infección urinaria. También se ha considerado un examen de tamizaje para detectar anormalidades asintomáticas como diabetes, insuficiencia renal, etc.

Según el doctor Cortés la solicitud y selección de exámenes prequirúrgicos es vital para cualquier profesional de la medicina ya que logra descartar la sospecha clínica, así como la colaboración del paciente, quien debe sincerarse con su médico y sobretodo aclarar sus inquietudes.