Un ritmo cadencioso y fiestero invade el ambiente como manifestación de que los hombres y las mujeres nacidos en un lugar sin igual disfrutan de haber nacido y compartir entre todos de las bondades de una región rica y sobre todo alegre.
El porro es fiesta, alegría total, por eso los problemas del mundo y de la vida se hacen a un lado porque la música invita al disfrute, las gaitas indígenas y la influencia africana se conjugan para dar como resultado un aire maravilloso de la costa norte colombiana que enamora a propios y extraños.
El Porro es, según algunos historiadores, el percutor del bombo, un tambor fiestero que incita a la alegría y que, por añadiduras de las corrientes y visitantes extranjeros, terminó convertido en una amalgama rítmica de invaluable poder de fiesta.
La población de San Pelayo en el departamento de Córdoba es escenario anual por el mes de junio de una celebración con todo el sabor ribereño del gran río Sinú, una tierra tan fértil en naturaleza y vida como en expresiones de la misma.
Festival Nacional del Porro
Originalmente el festival de conocía como el festival del porro pelayero para enaltecer al ritmo propio de este municipio, pero debido a su influencia en otros lugares, se decidió agrupar todas las vertientes del porro en una sola celebración para dotarla de magia y sabor.
La proclamación del himno del festival del porro María Varilla, una mítica bailadora de fandango, es el evento que da inicio a la alegría, allí en una alborada y al unísono se interpreta este símbolo del aire más conocido y autóctono de los departamentos de Córdoba, Sucre y parte de Bolívar, y cientos de bandas de porro comienzan a esparcir su música para que nadie se quede sin disfrutar de un ritmo que ha hecho famosa la música de la costa norte en el mundo, porque ha contado con legendarios exponentes que perduran a través de los años.
Las tradiciones locales se hacen presentes con el desfile de las aguadoras y se realiza un homenaje con un gran contexto que es el de dirigirse al cementerio para llevar coronas de flores a los músicos que dejaron su cuerpo a la música en la tierra, pero que interpretan con su espíritu en el regazo de Dios y llenan de fiesta el cielo.
El Festival del Porro es una reunión folclórica de gran importancia para el país y asistir a él es decirle presente a la fiesta y al reconocimiento de un país diverso y rico en música, naturaleza, pero también en gente alegre y echada para adelante.
Cuando en la costa atlántica la alegría de los primeros pobladores se hizo fiesta, no había con qué amenizarlas. Eran los días en que empezaban a confundirse las expresiones culturales de los esclavos traídos del Africa, de los europeos llegados a América y de los nativos de estas tierras. Carecían de instrumentos para producir música pero debían ahuyentar la fatiga, las penalidades y el terror de la muerte. Entonces hicieron flautas y gaitas con las cañas que crecen en los pantanos, tambores con troncos de árboles y cueros de animales, y les sacaron música a los primitivos instrumentos con las remembranzas de estos primigenios grupos de habitantes.
Aquí se halla el origen de ritmos como la cumbia, la gaita, la puya, el mapalé, el fandango y el porro, entre otros. Sobre la influencia cultural predominante en la configuración del porro existe desacuerdo, ya que en este caso, como en la mayoría de investigaciones acerca de orígenes folclóricos y culturales, se debe acudir al terreno incierto de la tradición oral, ante la ausencia de otro tipo de memoria antigua.
Porro: Éste ritmo se origina a partir de los ritmos más antiguos o primitivos, según los golpes que se dan, se escucha un porro Pelayero o un porro Sabanero. Su origen popular es indudable, los albores de este ritmo se confunden con las fiestas que las gentes del pueblo organizaban al aire libre. Eran diversiones campesinas que reunían a los moradores de las inmediaciones para bailar durante varias noches y días consecutivos. Representaban un gran acontecimiento en aquella región. Las fiestas, además de brindar esparcimiento en medio de duros trabajos y precarias condiciones de vida, proporcionaban a los campesinos y esclavos un medio para vivir algo propio, algo surgido de sí mismos, y regocijarse en ello sin medida.
El Porro Pelayero, se diferencia de los otros por la manera particular de accionar la porra. Nace del porro pero con una estructura diferente. Este ritmo es instrumental por lo tanto no incluye letra.
Entre los porros pelayeros que existen se encuentran: “María Varilla”, “el Binde”, “Compae Gollo” y Soy “Pelayero”.
Otro tipo de Porro, es el Tapao o Sabanero. Este se caracteriza por ser urbano, de arreglos fijos y determinantes y admite el baile de parejas cojidas, éste puede ser cantado. Entre los porros tapaos más conocidos están: “A orillas del Sinú”, “La Perra Negra”, “El Porro” y “Mi Pueblo”.
Festival Nacional del Porro - Foto: Facebook
Antes del Evento
Durante el Evento
Después del Evento
La “capital” folclórica de Córdoba, San Pelayo, esta ubicada a poco menos de dos kilómetros de la ribera del Sinú, las 83 mil hectáreas de su superficie, en que predomina la llanura, están alimentadas por las aguas del Sinú.