Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Duitama

El Cacique Tundama era el dueño y señor de estas tierras que en pleno siglo XXI no para de crecer. Él, que estaba acostumbrado a recibir los tributos de otros grupos indígenas vecinos no pensó que sus terrenos fueran a convertirse en el ejemplo del orgullo boyacense y digna muestra de desarrollo para el país.

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pueblo de Duitama. Foto: Shutterstock
pueblo de Duitama. Foto: Shutterstock

El Cacique Tundama era el dueño y señor de estas tierras que en pleno siglo XXI no para de crecer. Él, que estaba acostumbrado a recibir los tributos de otros grupos indígenas vecinos no pensó que sus terrenos fueran a convertirse en el ejemplo del orgullo boyacense y digna muestra de desarrollo para el país.

JAMÁS LO IMAGINÓ TUNDAMA

Tundama y sus dominios que tras la llegada de los españoles fueron llamados como actualmente se registra, Duitama, perdieron brillo pero solo uno de ellos alcanzó el fulgor de las épocas maravillosas de los muiscas. 

Duitama es toda una joya y por eso es considerada como la perla de Boyacá y que junto a Sogamoso son representantes del carácter empresarial, industrial y productivo que aportan lo mejor de su talento y riquezas para la consolidación de un nuevo país.

Durante las guerras de independencia, la ciudad reunió un gran número de voluntarios dispuestos a entregar sus propias vidas en favor de la causa sin siquiera haber disparado un arma jamás, pero eso no importó porque rápidamente asimilaron la instrucción y mostraron su coraje guerrero que muchas victorias les brindo en batalla, sin despojarse de sus ruanas y sombreros y pronunciando con altivez ese “sumercé” tan propio del altiplano y que los diferencia del resto de la población.

Duitama ciudad de páramos, recorridos ecológicos, iglesias con arquitectura barroca y destinos fortalecidos. Foto: Shutterstock
Duitama ciudad de páramos, recorridos ecológicos, iglesias con arquitectura barroca y destinos fortalecidos. Foto: Shutterstock

Una ciudad que antes fue un pequeño pueblito de gentes humildes y laboriosas fue impulsado a principios del siglo XX por el presidente de ese entonces, Rafael Reyes, nacido en la colindante Santa Rosa de Viterbo, quien en actitud progresista incluyó esta zona como centro de desarrollo y poco tiempo después comenzó a mostrar frutos con la instalación de industrias    fueron trayendo otras y le brindaron un carácter de urbe, que aunque pequeña, encabeza las listas de mejor calidad de vida en Colombia.

Duitama es un lugar de edificaciones modernas como muestra del querer ver el horizonte no solo con ojos sino con acciones, es un lugar que contrariamente a la vocación agropecuaria que ha caracterizado a los boyacenses, es el otro extremo de la ruta económica regional con un gran impacto en la nacional.

Pero Duitama no olvida sus raíces, al contrario, las renueva y plasma su amor por el cultivo de frutas, actividades pecuarias y artesanales que mantienen vivas las tradiciones pero con un enfoque de modernidad.

Duitama es como un vehículo que raudo viaja por la ruta del bienestar, por eso es considerada como una de las capitales carroceras del país, muchos de los vehículos de transporte público de la nación han tenido en sus carrocerías un origen duitamense, por esa razón el parque automotor de la ciudad es considerado como de los mejores de Colombia.

Pero Duitama no es exclusivamente industria, cuenta con atractivos que realmente atrapan con su encanto a los visitantes de todo el país y del mundo, que encuentran en su clima de temperatura que oscila en los 14 grados centígrados, un ambiente refrescante para quienes huyen del sofocante calor.

Sus más reconocidos parajes son: La Plaza de los Libertadores, centro civil de primera importancia, El pueblito Boyacense en cuyas cuadras se representa la arquitectura de diferentes municipios del departamento y lugar de gran aceptación por los turistas, La Capilla de la Trinidad, El Ojo de Agua y el Páramo Pan de Azúcar y Bonzá, lugar de gran importancia histórica de la región.

En med de una ciudad pujante aparece lo mejor de ella, su gente, personas amables y siempre atentas a mostrar la cara amable de su tierra para que el visitante se sienta como en su casa y regrese.

¡Venga a Duitama pa’ que se tope con gente güeña, venga sumercé que le van a quedar ganas de golver!