Cali

Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Monumento a la María Mulata: una escultura digna de la fauna colombiana

Las frescas y hermosas playas de la costa pacífica colombiana se ven engalanadas con la belleza de un ave que encontró en este paraíso natural un hogar y un refugio.

Actualización
Monumento a la María Mulata: una escultura digna de la fauna colombiana. Foto: Secretaría de Salud Pública de Cali
Monumento a la María Mulata: una escultura digna de la fauna colombiana. Foto: Secretaría de Salud Pública de Cali

Las frescas y hermosas playas de la costa pacífica colombiana se ven engalanadas con la belleza de un ave que encontró en este paraíso natural un hogar y un refugio.

Esta ave surca los cielos y en su travesía ha llegado hasta las costas de un océano vecino, el Atlántico, allí con la calidez del Caribe ha acompañado a sus habitantes quienes la consideran un símbolo de la región.

Enrique Grau, uno de los más importantes escultores en la historia del país, es autor del monumento a la María Mulata, un animal de color negro y que según palabras del maestro nos acompaña desde el nacimiento, se encuentra en los patios, en el corredor y asomada en las ventanas vigilando lo que otros hacen.

La María Mulata está fabricada en acero uno de los materiales favoritos del maestro caribeño cuya  extensa carrera incluyó obras con contenido amerindio y afrocolombiano pero también otras que expresaron contenidos populares y de identidad nacional. El monumento a la María Mulata es prueba de ello y su presencia no solo adorna a la sultana del Valle sino que réplicas de la misma embellecen las calles de otras ciudades del país como Cartagena, Bucaramanga, Valledupar y Medellín.

El ave conocida como María Mulata en Cartagena, es llamada en Centroamérica, concretamente en México y Guatemala como Quiscal y Zarate, habita en lugares calientes y tiene una condición migratoria, por esa razón las costas pacífica y atlántica de Colombia gozan con su vuelo y presencia.

El monumento a la María Mulata de Cali se encuentra ubicado en la glorieta que conduce a la vía al mar y acompaña la vida caleña desde el año de 1997, cuenta con cinco metros de altura y con su pedestal pesa cinco toneladas.

El maestro Enrique Grau donó esta obra a la ciudad de Cali debido al gran afecto del autor por la sucursal del cielo y para homenajear a este animalito que a pesar de su popularidad se ha mantenido olvidado y sin el reconocimiento que merece. No se debe confundir a esta ave con el cuervo porque aunque son parecidos en color y tamaño, la María Mulata es dócil y tranquila por eso es llamada también como mirla negra.

Entre ríos el sector de Cali que es hogar de este especial monumento y ubicado en la salida hacia el mar que  se ha urbanizado y convertido en un lugar de gran desarrollo.

El nombre de María Mulata se le ha conferido a esta ave representativa en la ciudad de Cartagena pero ha sido adoptado por el país y se convirtió en una obsesión para el escultor, quien fascinado por su constante presencia, decidió investigarla y conocer todo sobre ella. La María Mulata es una fiel visitante de las cocinas y azoteas en donde atrevidamente se posa en los platos y en las ollas, la sociabilidad de esta ave se puede constatar en los restaurantes playeros de cualquier población.

Dicen los refranes populares que “Pide más que María Mulata”, haciendo referencia a que esta ave se acostumbró a convivir con el hombre y que espera que a ella al igual que a un can, se le lancen bocados de comida.

Cali tiene en el monumento a la María Mulata una razón más para admirar su belleza, porque Cali es una ciudad que inspira el espíritu.