Huila

Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Desierto de la Tatacoa

Villavieja es uno de eso lugares en el mundo en donde parece que el tiempo se ha detenido, es un paraje en donde se experimenta una sensación de paz y tranquilidad, es un punto en el cual la inmediata conexión tecnológica se hace a un lado para preparase a ingresar a un estado de conexión con el cosmos.

El desierto está ubicado en el departamento del Huila. Foto: Shutterstock
El desierto está ubicado en el departamento del Huila. Foto: Shutterstock

Villavieja es uno de eso lugares en el mundo en donde parece que el tiempo se ha detenido, es un paraje en donde se experimenta una sensación de paz y tranquilidad, es un punto en el cual la inmediata conexión tecnológica se hace a un lado para preparase a ingresar a un estado de conexión con el cosmos.

Una conexión única y especial con el cosmos

En el norte del departamento del Huila, justo entre el río Magdalena y la cordillera oriental se encuentra un destino mágico, exótico y fascinante llamado el desierto de la Tatacoa, una zona árida en el que se experimenta sed física pero también sed de encuentro con lo universal en el estado más puro.

A pesar de ser tradicionalmente llamado desierto, es realmente un bosque seco tropical compuesto por cañones secos erosionados que fueron tallados en surcos por las fuertes riadas que se han presentado en los inviernos desde que el mundo abrió su génesis.

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En este lugar, llamado así por el gran número de serpientes cascabel que lo habitan y que los lugareños a diferencia de otros colombianos han llamado tatacoas, cuenta con increíbles yacimientos fosilíferos en una extensión total de 330 kilómetros cuadrados con días de sol absoluto y noches estrelladas que parecen extraídas de la mejor película de ciencia ficción.

Encontrarse con uno mismo es posible en este confín que abre la mente y dispone el cuerpo para la experiencia sensorial más sublime, esa que no solo debe ser escuchada de quienes han tenido la inmensa fortuna de visitar el lugar, sino experimentada, sentida, vivida y gozada.

Es común que estando bajo el sol de la Tatacoa se encuentre en pleno camino a familias que crían cabras y que obtienen el agua de la misma tierra cavando moyas a pesar de que durante dos meses cada semestre el invierno refresca la árida tierra y los organismos de sus habitantes.

En el desierto de la Tatacoa, las altas temperaturas son características de las horas del día, pero en la noche esta desciende haciendo del ambiente un lugar agradable y propicio para contemplar los elementos de la infinita bóveda celeste.

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En esta región semiárida se destacan las zonas denominadas como Las Lajas, el Cuzco, Doche, Los Hoyos, el Cardón, La venta y San Nicolás, lugares de un silencio casi absoluto y en donde la brisa puede llegar a convertirse en una esporádica interrupción de una calma eterna.

El desierto de la Tatacoa dejó de ser un lugar pintoresco para mostrar en los programas de televisión como locación para diferentes producciones, es hoy un destino turístico de enorme potencial que día a día se consolida como tal y que se ha convertido en un objetivo de visitantes provenientes de todo el territorio nacional y del mundo entero.

Aunque la erosión parece ser inclemente, el desierto de la Tatacoa cuenta con gran población de cactus, arbustos de espinas, escorpiones, arañas, serpientes, lagartos, comadrejas, roedores y águilas y se cuenta que en el pasado se lograban divisar tigrillos en su perímetro.

Uno de los lugares más visitados y de mayor fama de la Tatacoa es el Observatorio Astronómico, un atractivo al que es imposible escapar porque el cielo de este lugar sin igual magnetiza a cada turista que maravillado guarda en su corazón el propósito de regresar. El observatorio tiene como sede la capilla de Santa Bárbara en la misma población de Villavieja.

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Los antiguos exploradores y conquistadores españoles llamaron a este lugar “El valle de las tristezas”, un nombre controvertido por muchos porque aquí el alma encuentra regocijo y la hace recordar que lo esencial siempre será lo más importante, la alegría y el control nacen de lo mínimo.

La experiencia es única y para darle mayor sustancia aventurera es importante disfrutar del camping porque no existen hoteles justo para no atentar contra el lugar, en Villavieja se puede contar con lugares para el alojamiento o habitaciones alquiladas por sus mismos pobladores.

Foto: Shutterstock

Visitar y vivir el desierto de la Tatacoa es una experiencia fascinante que se disfruta más con un nuevo viaje, recuerde que en el Huila a 38 kilómetros de Neiva, la capital del departamento, se encuentra un lugar que no necesita de la visión para alcanzar el éxtasis de los sentidos.