Tres beneficios de ser la hermana mayor

Uno no escoge ser el primogénito o ser la hermana mayor a larga, o el blanco más a modo de críticas por parte de los hermanos menores.

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Uno no escoge ser el primogénito o ser la hermana mayor a larga, o el blanco más a modo de críticas por parte de los hermanos menores.

El hecho de ser el primero, de haber gozado de todo el tiempo y las atenciones totales de tus padres mientras llegaban tus hermanos, será tarde o temprano la principal causa de comentarios y reproches por parte de los menores.

No es porque sea una regla o se adapten las situaciones a un prototipo de vida; lo real es que, como hermana mayor, desempeñas un papel importante dentro de tu hogar. Sin embargo, si en algún momento te desagradó ser la primogénita, me di a la tarea de recopilar tres razones por las que te debes de sentir afortunada de esta condición, porque, si lo miras bien, puedes obtener beneficios invaluables:

1. La herencia no material de tus padres

Para tus progenitores la idea de ser padres por primera vez, los puso a crear planes para tu llegada y todo lo que esto implicó: por principio de cuentas, tener la enorme responsabilidad de formar a una persona. Con tu llegada tuvieron la oportunidad de dar continuidad a sus vidas, a la realización de un proyecto de vida en conjunto y a la consumación de su unión en pareja. Tiene que estás cierta de que tuviste todos los cuidados y atenciones, y que contigo obtuvieron mucha experiencia en cuidados de bebés. Fuiste la primera en la que depositaron sus valores, sus enseñanzas y educación. Y esto no es una cuestión menor.

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2. Un ejemplo a seguir

Respecto a tus hermanos menores, sin duda el principal cometido por ser la mayor es, y será siempre, dar el mejor ejemplo en todas las áreas, tú representas una variable de imagen de respeto, por supuesto si te lo ganas. Podrás ser la mejor amiga y confidente eterna, también quien los oriente y comparta sus experiencias en los planos escolar, laboral, de relaciones personales. Serás quien interceda por ellos ante tus padres cuando surja algún tipo de conflicto. Tu papel de intermediaria, en algunos casos, no te brindará muchos beneficios y satisfacciones, pero, al final, verás que valió la pena el esfuerzo y el tiempo invertidos en esta tarea.

3. Ser un enlace entre tus padres y hermanos

De cada situación, de cada conflicto, de cada malentendido en que te veas involucrada entre tus padres y hermanos podrás sacar algo bueno, porque siempre se obtiene algo bueno: saber que, pase lo que pase, podrás contribuir a mantener a tu familia unida. Si la relación familiar es armoniosa, sólo tendrás que disfrutar los momentos que compartan, pensando siempre que lo que los mantiene unidos es el amor y la comprensión incondicionales.

Hay algo que no puedes cambiar, siempre serás la hermana mayor, y los beneficios que esto te ofrece los tendrás por igual. Si lo analizas detenidamente, te darás cuenta de lo afortunada que eres.