Tipos de dietas vegetarianas

Dieta vegetariana pura, dieta frugívora, dieta crudívora, dieta higienista, dieta macrobiótica, a continuación te detallamos en qué consisten las diferentes dietas vegetarianas.

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Dieta vegetariana pura, dieta frugívora, dieta crudívora, dieta higienista, dieta macrobiótica, a continuación te detallamos en qué consisten las diferentes dietas vegetarianas.

Vegetarianismo estricto o dieta vegetariana pura
Los vegetarianos estrictos no ingieren ningún tipo de alimento de origen animal, ni alimentos en cuyo proceso pueda añadirse algún ingrediente de origen animal, ni tan sólo miel o derivados lácteos. Los vegetarianos estrictos representan una pequeña proporción entre el colectivo vegetariano.

Dieta frugívora o frugivorismo

Es una propuesta vegetariana extrema. Permite solo la ingestión de frutas, frutos secos y semillas, sin cocción. Contempla también la ingestión de hortalizas como tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, etc. Rechaza también el consumo de legumbres.

Dieta crudívora o crudivorismo

Contempla tan sólo el consumo de alimentos crudos: verduras, hortalizas, frutas, frutos secos, semillas, cereales y legumbres germidadas. Existen grupos que incluyen también el consumo de leche y huevos sin manipulación ni cocción.

La tendencias descritas hasta aquí pueden suponer riesgos debidos a situaciones carenciales, principalmente en etapas en las que determinados requerimientos se ven aumentados, como es el caso de la infancia, la adolescencia, el embarazo, la lactancia.

Higienismo o dieta higienista
Esta propuesta vegetariana se basa en la teoría de la compatibilidad e incompatibilidad de los alimentos.

Se evitan ciertas combinaciones como la mezcla de alimentos ricos en almidón con alimentos ricos en proteínas, pues se supone que estos alimentos mezclados no pueden ser adecuadamente digeridos. Otro aspecto característico del higienismo es que las frutas deben tomarse fuera de las comidas y sin mezclarse con otros alimentos.

Entre los seguidores del higienismo existe una gran diversidad de tendencias, desde los más estrictos y radicales, que no permiten ni la cocción ni la inclusión de productos de origen animal (leche y huevos), hasta las tendencias más permisivas, que incluyen carnes y pescados pero respetando la teoría de las incompatibilidades.

De aquí nacen las conocidas dietas disociadas, frecuentemente utilizadas (en algunos sectores) para el tratamiento de la obesidad.

Esta tendencia puede ser más o menos equilibrada en función de los conocimientos sobre nutrición y dietética que tenga la persona que siga estas pautas, es decir, que requiere una adecuada combinación de los alimentos para llegar a ser sufuciente.

Dieta macrobiótica
Se trata de una forma extrema de vegetarianismo, basada en los conceptos de la filosofía zen, preconizada por George Oshawa. De acuerdo con esta filosofía, los alimentos son clasificados en dos categorías: Yin y Yang. Los alimentos Yin son pasivos, mientras que los alimentos Yang son activos.

La salud y el bienestar dependen del equilibrio entre el Yin y el Yang. La manera de cocinar los alimentos es Yin, pero la manera lenta de cocinar los alimentos se considera Yang. La carpa, la sandía, las almejas, las patatas, las ciruelas, el azúcar, la miel y el ajo son alimentos Yin. La carne de caballo, los huevos de gallina y de pato, el cerdo y el caviar son alimentos considerados Yang. Los granos de cereales y las verduras y hortalizas juegan un importante papel en el equilibrio entre el Yin y el Yang.

La dieta macrobiótica, además, debe pasar por diez estadios distintos que progresivamente se vuelven más restrictivos en cuanto a la variedad de alimentos, hasta llegar al estadio más avanzado, basado exclusivamente en el consumo de cereales integrales y en una drástica reducción del consumo de agua.

En el año 1966 el Gran Jurado de Nueva Jersey sentenció la peligrosidad del seguimiento de estadios avanzados de la dieta macrobiótica.