Claves para disfrutar de una Navidad saludable

Estas fechas tan especiales pueden suponer, además de agradables encuentros, que relajemos nuestros hábitos diarios y suframos ciertas afecciones típicas.

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Estas fechas tan especiales pueden suponer, además de agradables encuentros, que relajemos nuestros hábitos diarios y suframos ciertas afecciones típicas.

A tan sólo unas semanas para que den comienzo las fiestas navideñas, las empresas ya han empezado a celebrar las habituales comidas o cenas de trabajo, los grupos de amigos buscan fecha para el tradicional encuentro anual y las familias también ajustan el calendario para reunirse.

Todo esto puede suponer, además de agradables encuentros, que relajemos nuestros hábitos diarios y suframos ciertas afecciones típicas.

Llenura, acidez, digestiones pesadas y resacas, además del resfriado propio de estas fechas invernales.

Son problemas de salud leves, pero que pueden amargarnos la Navidad, por lo que hay que tener cuidado si queremos disfrutar de estas fiestas saludablemente.

Por ello, el director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, Rafael García Gutiérrez, aconseja mantener una correcta alimentación y hábitos saludables.

Una de las dolencias más frecuentes de la época navideña es la llenura. Lo mejor para evitar esta situación es comer despacio y masticar bien los alimentos, no comer en exceso, evitar abusar de las carnes y grasas y sustituirlas, siempre que sea posible, por verduras o alimentos ricos en fibras. Y por supuesto, no abusar del alcohol y el tabaco.

Pero, ¿qué hacer si hemos cometido un exceso en alguna de las comidas y cenas propias de la Navidad? Como apunta García Gutiérrez, "si un día nos hemos excedido con la comida o la cena, debemos procurar comer sano y ligero al día siguiente para limitar el trabajo de nuestro organismo".

Otro trastorno común en Navidad es la popular resaca. Para evitarla, desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud nos aconsejan no consumir alcohol en exceso, y para tratarla, tomar alimentos suaves que no irriten la mucosa gástrica, como los yogures, y reponer la pérdida de líquidos y vitaminas con zumo de naranja y frutas frescas.

Otras molestias asociadas a los excesos y cambios bruscos en la alimentación son las diarreas, las náuseas y los vómitos, que pueden remitir controlando la alimentación o, si es necesario, con los medicamentos adecuados.

No podemos olvidarnos tampoco de la dolencia estrella del invierno, el resfriado, que también está muy presente en Navidad.

En estos casos, se nos recetarán fármacos tipo analgésicos, antitusígenos, descongestivos o mucolíticos.

Además, como aconseja García Gutiérrez "se pueden acompañar con alimentos de alto aporte energético y de vitaminas, como los frutos secos, los cítricos, las hortalizas y el pescado azul".

Mujerhoy.com

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