Lo que una mujer aprende al convertirse en tía

- Aprendes a proteger al ser que quieres como un hermano e hijo. El amor que nace entre un sobrino y una tía es simplemente indescriptible.

- Te conviertes en la cómplice que siempre quisiste tener en casa, en la tía que soñaste con tener, la 'compinche' con la que tu sobrino hará locuras y se divertirá siempre.

- Aprenderás a regañar con ternura. Una mujer que se convierte en tía casi nunca podrá tener mano dura con su sobrino, por eso, ellos no tomarán tan en serio el momento en que los regañes.

- Sabrás morderte la lengua para no intervenir en el momento en que sus padres lo regañen y él o ella te pida ayuda. Ellos están en su papel y él sabrá que siempre vas a estar ahí pero debes respetar la crianza que los papás quieran darle.

- Podrás tener a alguien con quien quemar todas las calorías que se comen en una tarde de dulces. ¿La razón? Podrás jugar fútbol, patinar, montar en bicicleta, correr al aire libre y hasta jugar con el Wii o con el Kinect. Siempre perderás pero te desharás de las calorías adicionales.

- Tendrás un cómplice que te dará la mano cuando más lo necesites. Escuchar un: "Tía sonríe que no estás sola" te derretirá de amor por tu sobrino o sobrina.

- Aprenderás a disfrutar el parecido que tiene contigo y a reírte de las cosas simples que a él o ella le parecen muy graciosas.

- Disfrutarás enseñándole cosas que le encantaría enseñarle a tus hijos.

- Sabrás si estás preparada para tener hijos en el momento en que sus padres te dejen de niñera y te enfrentes a alimentarlo y compartir mucho más tiempo con él.

- Aprenderás a tener detalles y seguramente tendrás una larga cuenta por pagar por los regalos que te antojas de comprarle.

- Aprenderás a decir las cosas no solo de la mejor forma posible, sino con las mejores palabras posibles para luego sacar pecho al ver que tu sobrino ha aprendido algo de ti.

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