YouTube: Novena a la Madre Laura Montoya, día 7

Colombia tiene Santa y es la Madre Laura Montoya de la cual celebraremos su fiesta con la Novena y aquí te la dejamos.

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Colombia tiene Santa y es la Madre Laura Montoya de la cual celebraremos su fiesta con la Novena y aquí te la dejamos.

Novena a Santa Laura Montoya

Por la señal de la Santa Cruz, Amén.

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Oración para todos los días:

Padre Eterno que Creaste a Santa Laura de Santa Catalina. Hijo de Dios que la redimiste con tu sangre preciosa.

Espíritu Santo que la enriqueciste con tus preciosos dones. Oh, Augusta Trinidad: Humildemente postrados ante tu divina presencia, te suplicamos por intercesión de Santa Laura, nos concedas el remedio de estas necesidades.

Así mismo te pedimos la gracia de vivir toda nuestra vida a la luz del Evangelio, siguiendo el ejemplo de la Santa Madre Laura. De tal manera que con nuestro testimonio de amor a Dios y de generosidad con nuestros hermanos, atraigamos a muchos a una viva experiencia de Dios, que es Padre de todos.

Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA SÉPTIMO

“LOS INDIOS SON MI LLAGA"

“Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo… al cual nosotros anunciamos,….. Luchando con su fuerza que actúa poderosamente en mí". Colosenses 1, 24-29.

Cuenta la Madre Laura en su autobiografía que siendo todavía muy niña, mientras observaba el trabajo afanoso de unas hormigas, sintió en mitad de su alma el amor paternal de Dios. Una experiencia que la marcó de forma indeleble para toda la vida. Desde allí, como les ha ocurrido a muchos santos, brotó en su corazón la urgencia de anunciar ese amor a todos, de modo particular a los indígenas, abandonados entonces por la iglesia y los gobiernos.

Este celo le quemó el alma de tal manera que pudo decir en varias ocasiones: “Los Indios son mi llaga".

Apoyada entonces por algunos, perseguida por otros, mirada como una mujer excéntrica por otros más, nada pudo arredrarla hasta emprender su Obra de Catequización, que en un principio ella misma no comprendía con claridad.

Pero dos realidades la impulsaban. En primer lugar la gloria de Dios: ¿Cómo era posible, pensaba, que su Padre Dios no fuera conocido ni amado por innumerables hijos suyos? Era necesario ir por todos los caminos anunciando el amor misericordioso de Padre.

Además, estos hermanos nuestros vivían en las selvas en condiciones infrahumanas. Y, según la teología de entonces, en peligro de próxima condenación.

Fue entonces la Madre Laura, precursora de un amplio proyecto de dignificación, de quienes hoy se integran las llamadas minorías étnicas, a la luz y bajo los criterios del Evangelio. A través de la historia de nuestro continente ella se destaca como abanderada de la evangelización de los más pobres.

GOZOS

Al presentarte nuestros ruegos, venimos llenos de confianza:

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura.

I

Madre y maestra de los indios de nuestra selva americana: Vuelve a enseñarnos los caminos de tus intrépidas andanzas.

Y Así la luz del Evangelio llegue por cerros y cañadas, a redimir a los cautivos de la pobreza y la ignorancia.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura.

II

Ante el asombre de tus ojos, la turba inquieta y afanada de las hormigas un secreto de amor, te dijo sin palabras.

Y desde entonces la ternura de Dios, inmensa y desbordada sobre los buenos y los malos, con suaves ardor te abrasó el alma.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

III

Tú que supiste de pobreza y también fuiste desplazada, mira el dolor de tus hermanos en esta patria colombiana.

Haz que florezca entre nosotros aquella paz tan anhelada, en la justicia y el progreso que como hermanos nos igualan.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

IV

Un acendrado y fiel cariño a la señora Inmaculada, marcó tus días y noches, le dio certeza a tu esperanza.

Su amor fue siempre el santo y seña de tus empresas arriesgadas, su nombre dulce y melodioso entre los tambos se escuchaba.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

V

Si las serpientes y las fieras por el poder de tu plegaria, como predijo el evangelio, pacificaron su acechanza: Líbranos hoy de los peligros que por doquier nos amenazan a quienes vamos de camino hacia la fiesta de la patria.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

VI

Tu corazón en carne viva, porque “los indios son mi llaga", contagie a todos tu angustia por tanta gente marginada.

Haznos sentir la sed de Cristo que dio vigor a tu constancia, en las tareas de su Reino de amor y bienaventuranza.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

VII

A los discípulos de Cristo, tu gesta heroica nos señala la ruta audaz del evangelio hacia regiones muy lejanas.

Transforma nuestro continente que ya es iglesia misionada, en una iglesia misionera de leve alforja y sandalias.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

Oración final

Dios, Padre misericordioso, que elegiste a la Santa Laura Montoya para despertar en la iglesia el sentido misionero, especialmente hacia las comunidades marginadas de la sociedad.

Concédenos que podamos imitarla en su actitud contemplativa y en la búsqueda constante de la salvación de los hermanos.

Danos la gracia de una conversión sincera al Evangelio y así un día florezca entre nosotros una paz justa y duradera, por el progreso de todos, especialmente de los más necesitados.

Además, rogamos por los méritos de la Santa Madre Laura, el remedio de estas necesidades…. si es para tu mayor gloria y nuestra salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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