¿Cuál es la diferencia entre el Linfoma de Hodgkin y el Linfoma No Hodgkin?
El Linfoma de Hodgkin o LH es más frecuente en 2 grupos de edades: edades entre 15 y 40 años y después de los 55 años de edad.
El Linfoma de Hodgkin o LH es más frecuente en 2 grupos de edades: edades entre 15 y 40 años y después de los 55 años de edad.
Mucho se ha hablado del Linfoma No Hodgkin en los últimos días, y esto ha generado una serie de confusiones frente a otro tipo de linfoma, cuyo nombre es muy parecido: el Linfoma de Hodgkin. Ambos linfomas se comportan, se propagan y responden al tratamiento de manera diferente.
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El Linfoma No Hodgkin es una enfermedad en la cual se forman células cancerosas dentro del sistema linfático y empiezan a crecer de forma descontrolada, puede ser de crecimiento lento o de crecimiento rápido. El linfoma de crecimiento lento tiende a crecer y diseminarse de forma lenta, y presenta pocos signos y síntomas. El linfoma de crecimiento rápido crece y se disemina velozmente, y sus signos y síntomas a veces son graves. A diferencia de éste, el Linfoma de Hodgkin es un cáncer del sistema linfático, que forma parte del sistema inmunitario, en el cual las células crecen de manera anormal y se pueden esparcir más allá del sistema linfático. A medida que el Linfoma de Hodgkin avanza, compromete la capacidad del cuerpo de luchar contra una infección.
Factores de riesgo: Dentro de las características que aumentan la probabilidad de que una persona padezca de Linfoma No Hodgkin se encuentran:
- La exposición a ciertos químicos como el benceno, o a ciertos herbicidas e insecticidas.
- Estar en tratamiento con medicamentos para la artritis reumatoide, como el metotrexato, o los inhibidores de necrosis tumoral.
- La exposición a la radiación.
- Tener un sistema inmunitario debilitado, por enfermedades como el VIH, o por trasplante de órganos.
- Padecer de enfermedades autoinmunes como el lupus, enfermedad de Sjogrens, enfermedad celiaca, entre otras.[4]
Por el contrario los factores de riesgo de sufrir Linfoma Hodgkin están más enfocados en la edad, ya que las personas más propensas a desarrollarlo son quienes tienen entre 15 a 40 años y los mayores de 55 años. Además, los hombres poseen una probabilidad ligeramente mayor de presentar esta enfermedad, al igual que los hermanos y hermanas de las personas con esta patología. Otra característica que aumenta el riesgo es la exposición al virus de Epstein-Barr, el cual causa mononucleosis infecciosa.[5]
Signos y síntomas: Entre los principales indicios que una persona puede manifestar cuando presenta Linfoma No Hodgkin están:
- Hinchazón en los ganglios linfáticos del cuello, la axila, la ingle o el estómago.
- Fiebre sin razón conocida.
- Sudores nocturnos que se repiten.
- Sensación de mucho cansancio.
- Pérdida de peso sin razón conocida.
- Sarpullido o picazón en la piel.
- Dolor en el pecho, el abdomen o los huesos sin razón conocida.
Cuando se presentan al mismo tiempo fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso, este grupo de signos se llama síntomas B. [6]
No obstante, las personas que padecen Linfoma Hodgkin pueden desarrollar los siguientes síntomas:
- Hinchazón indolora de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle.
- Fatiga persistente.
- Fiebre y escalofríos.
- Sudoraciones nocturnas.
- Pérdida de peso sin causa aparente: tanto como un 10 por ciento o más del peso corporal.
- Pérdida de apetito.
- Picazón.
- Aumento de sensibilidad a los efectos del alcohol o dolor en los ganglios linfáticos después de beber alcohol.
Tratamiento: Los procedimientos para tratar el Linfoma No Hodgkin están dados según el tipo, la extensión y el crecimiento del linfoma, dependiendo de esto se decide qué tratamiento o qué combinación de tratamientos es la mejor para cada linfoma. Entre los tratamientos están:
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Terapia dirigida.
- Inmunoterapia.
- Trasplante de células madres.
- Cirugía (en pocos casos).
De manera diferente, los tratamientos para el Linfoma Hodgkin son más específicos. Entre ellos se encuentran:
- Quimioterapia combinada
- Quimioterapia combinada con radioterapia dirigida a las partes del cuerpo que tienen cáncer.
- Radioterapia sola dirigida a las partes del cuerpo que tienen cáncer o al campo de manto (cuello, pecho y axilas).
- Terapia biológica dirigida
- Inmunoterapia
- Trasplante de células madre
La tasa de supervivencia de cinco años para las personas que padecen Linfoma No Hodgkin es de 70%,[10] mientras que para el Linfoma Hodgkin es del 86%.
Estos dos tipos de linfoma tienen tratamientos y pronósticos diferentes, de ahí la importancia de identificar cuál es el que presenta el paciente. Para ello, es indispensable acudir al especialista médico quien mediante pruebas y exámenes determine con certeza el grado en el que se encuentra la enfermedad para proceder al tratamiento.
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