Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Ole, ¿de qué se ríe?

Existen asuntos misteriosos que aún no tienen respuesta por más pitonisas, prestidigitadores, efectivos de la fiscalía, clarividentes y hasta agentes de call center a los que se les encomiende la misión.

Los colombianos casi siempre buscamos una excusa para reírnos. Foto: Shutterstock
Los colombianos casi siempre buscamos una excusa para reírnos. Foto: Shutterstock

Existen asuntos misteriosos que aún no tienen respuesta por más pitonisas, prestidigitadores, efectivos de la fiscalía, clarividentes y hasta agentes de call center a los que se les encomiende la misión.

Aún no llega el momento en el que podamos decir felizmente "Dios se lo pague" por una respuesta a nuestras inquietudes, parece que estamos destinados a pasar noches en vela y a continuar desgastando los resortes de nuestros colchones buscando solución a casos que parecen paramilitares, digo, paranormales.

Después de tantos años muchas cosas quedan por resolver como el carrusel de la contratación, la edad de 'Amparito' o "mama qué será lo que quiere el negro". Es que los interrogantes son muchos y la luz de la verdad parece que la suministrara Electricaribe porque no se ve por ningún lado.

Pero como dijeron Blas de Leso y el payaso Bebé, "ojo pelao" porque no debe tragar entero, mejor trague saliva pero no se coma cuentos rebuscados como que los drones de la policía son ovnis, que el metro de Bogotá esta vez sí se construirá o que Yerry Mina le pone a las sillas de las bancas de suplentes el mismo tejido de bolitas masajeadoras de madera que usan los conductores de bus intermunicipal.

Pero como dijo el infectólogo, entremos en materia y para eso nuestra Unidad Investigativa de Casos Clasificados a la Segunda Ronda del Torneo Interclubes de Tejo (UICCSRTIT) que ha contado en sus filas con vaticinadores de la talla del mago Fabrianny, Regina 11 y Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, decidió al mejor estilo de los Archivos X, ponerle el pecho a la brisa y atreverse a encontrar la respuesta a un interrogante que le ha hecho perder la calma al Dalai Lama y la melena a Jota Mario: 

¿Por qué los imprudentes pasan la calle con una sonrisita particular?

Si usted no se devana los sesos con esta pregunta es porque seguramente no le gusta la guayaba en los bordes de la pizza o maldice en los días de no carro, no se preocupe porque como lo más seguro es que quién sabe y todavía mejor que el "santo cachón", no fue una, ni fueron dos, son seis las respuestas que traemos:

  1. Esa impúdica mueca o morisqueta es propia de aquellos rebeldes y espectaculares osados que no solo se burlan sino que retan a la pelona haciendo a los carros lances y pases de pecho en las avenidas al mejor estilo de Paquirri y César Rincón.
  2. No cruzan por los semáforos porque estos no usan luces LED sino obsoleta tecnología que afecta las vistas como diría "Don Olegario".
  3. No cruzan por las cebras, pero según nuestros estudios científicos los colombianos son malos en zoología y no saben qué es una cebra aunque reconocen perfectamente que aquí abundan los sapos, micos, lagartos y ratas pero escasea el camello.
  4. Definitivamente el Nuevo Código de Policía resulta maravilloso para todos aquellos a los que les gusta coleccionar infracciones.
  5. Sonríen como reacción temerosa ante el inminente apachurramiento de un bus, camión, Transmilenio, Metrobus y demás sistemas de transporte.
  6. Es mejor abandonar este mundo sin haberse pensionado pero contento.

Como ven, no solo tenemos una respuesta a sus interrogantes sino que ofrecemos un "costalado" de posibilidades para que usted se forme una postura tan clara como las explicaciones del exfiscal.

Nos vemos en una próxima entrega, en donde llegaremos al "meollo" de los asuntos más misteriosos de la vida nacional e internacional.