La noche loca de Schumacher celebrando su sexto título mundial

Lunes, 13 / Oct / 2003
 
Colombia.com
Michael Schumacher escribió una página oscura de su trayectoria personal sólo unas horas después de escribir otra de oro en la historia de la Fórmula 1 al conquistar su sexto título mundial.

En la celebración del éxito, Schumacher bebió abundantemente y al final perdió los papeles y arrasó junto a su hermano Ralf y al francés Olivier Panis una de las instalaciones del equipo Toyota en el circuito de Suzuka.

La "hazaña" de Schumacher es mencionada hoy por numerosos diarios de todo el mundo, pero queda retratada con especial profusión en el diario británico "The Sun", tanto en texto como en fotografías.

"Parecía que se habían vuelto salvajes. Era como una zona de guerra", cita el rotativo a un testigo.

Las fotos muestran a un Schumacher con ojos vidriosos, fumando un enorme puro y vistiendo una camisa de Toyota abierta en el pecho. El alemán lanza un frigorífico al suelo, y su hermano tira una televisión a través de una ventana. Curiosamente, empleados de Toyota miran la escena entre curiosos y divertidos.

A continuación los hermanos se subieron en una carretilla elevadora y la "pilotaron" por el "paddock". Posteriormente, ambos se montaron en el BMW de alquiler que Ralf utilizó para moverse por Japón. Michael desplazó a Ralf del asiento del conductor y amagó con arrancar para irse al hotel, aunque finalmente no se movió del sitio.

Cuando terminó la "fiesta", por las instalaciones de Toyota parecía haber pasado una horda de "hooligans". Botellas de cerveza por el suelo, muebles volcados, ventanas rotas y trozos de cristales por todas partes.

"Todo empezó cuando empezaron a tirarse las botellas, y todo fue creciendo. Michael, que estaba fumando un gran puro, le pasó la televisión a Ralf, que la tiró por la ventana", aseguró a "The Sun" el mismo testigo. El rotativo finlandés "Ilta Sanomat" cita al propio Schumacher: "Tiremos también el frigorífico por la ventana".

Suzuka se ha convertido en casi una tradición como la última carrera de la temporada. A la lógica explosión de alegría por el fin del trabajo de todo un año se une que el trazado nipón incluye en su interior un parque de atracciones y un karaoke en el que ya es habitual que se reúnan los equipos después de la carrera.

Schumacher y su equipo Ferrari, que sumó su quinto título consecutivo de constructores, celebraron efectivamente en el karaoke bebiendo, cantando y bailando hastas altas horas de la madrugada. Hasta que los hermanos Schumacher decidieron trasladar el "divertimento" al paddock y a la sede de Toyota.
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