Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 son historia

Jacques Rogge clausuró los Juegos Olímpicos de Atenas y dio la bienvenida a Pekín, que acogerá en 2008 la vigésimonovena edición de los Juegos modernos. La llama se apagó en el Estadio Olímpico.

El belga Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), declaró clausurados los XXVIII Juegos Olímpicos, que se celebraron en Atenas, que describió como "inolvidables y de ensueño", antes de ceder el testigo a Pekín, sede de los Juegos del 2008.

Rogge, que durante la ceremonia de clausura entregó las medallas del maratón -que finalizó en el estadio Panathinaiko- en la que se impuso el italiano Stefano Baldini, por delante del estadounidense Mebrathom Keflezighi y del brasileño Vanderlei Lima; hizo hincapié en la importancia social de los deportistas, a los que pidió que "sobre todo, promuevan el deporte limpio".

"Queridos amigos griegos, gracias. Gracias a todos los que han apoyado los Juegos y gracias a todos los que nos han deleitado con su competencia y amabilidad", dijo Rogge en su alocución de cierre de los Juegos, en la que opinó que "estos Juegos se han desarrollado en paz y hermandad, en los que resultó muy difícil engañar".

"En los que vosotros, los deportistas, tocasteis nuestros corazones con vuestras alegrías y lágrimas. Estos han sido unos Juegos inolvidables y de ensueño", recalcó Rogge. Ahora declaro los Juegos clausurados", finalizó Rogge.

Pekín ya tiene la bandera olímpica
El pasado y el futuro de los Juegos se unieron con el traspaso de la bandera olímpica al alcalde de Pekín, Wang Qisham, comenzando de esta forma la Olimpiada de Pekín 2008, que se presentó al movimiento olímpico con música y artes marciales que sirvieron para mostrar la cultura y el folklore chino, y que homenajearon también a los vigésimoctavos Juegos Olímpicos.

Se llegó así al momento culminante de la ceremonia de clausura. El pebetero empezó a descender lentamente, y una niña griega recibió el fuego olímpico transportándolo por todo el estadio. Con un soplido simbólico, se apagaba la llama olímpica y se ponía fin a los Juegos. Pekín 2008 ya espera.