"La Verità" hace soñar con los ojos abiertos frente a un telón de Dalí

Un valioso telón pintado por el pintor español Salvador Dalí es el centro y a la vez un artista más de la obra de circo contemporáneo "La Verità", que hace soñar con los ojos abiertos al público del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.

Colombia.com - Especiales
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Un valioso telón pintado por el pintor español Salvador Dalí es el centro y a la vez un artista más de la obra de circo contemporáneo "La Verità", que hace soñar con los ojos abiertos al público del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.

El telón, pintado en 1944 para un ballet basado en la ópera de Richard Wagner "Tristán e Isolda", la música favorita de Dalí, de quien se dice que murió escuchándola, estuvo perdido 60 años, hasta que en 2009 fue hallado por azar dentro de una caja en un teatro.

La compañía suiza Finzi Pasca es ahora la afortunada usuaria del telón de 9 por 15 metros gracias a la fundación que lo compró y restauró, que no quiso que fuera a parar a un museo sino a un escenario, el lugar para el que fue creado.

La fundación, también suiza, le encargó al director Daniele Finzi Pasca, considerado uno de los más originales de la actual escena europea, que incorporara el gran lienzo daliniano a uno de sus montajes y el resultado fue "La Verità" (la verdad), estrenada en enero de 2013 en Montreal (Canadá).

El público bogotano tan pronto ríe como se deja llevar por la ensoñación con esta obra escrita y dirigida por Finzi Pasca.

"Para mí, está claro que el telón es un actor más" de la obra, pero "no toma todo el espacio", dijo a Efe el paraguayo Félix Salas, uno de los 13 artistas en escena.

Además de Salas, que deja al público con la boca abierta con sus inverosímiles contorsiones, en la compañía hay un español, David Menes, un argentino, Marco Paoletti, y una brasileña, Beatriz Sayad. También hay canadienses, suizos, italianos y australianos.

Los artistas, en compañía de los técnicos, son los únicos que se ocupan de "atender y cuidar" el telón de Dalí (1904-1989).

Pese a su gran valor artístico y monetario (unos 25 millones de dólares, dice la prensa colombiana), en "La Verità" el telón daliniano sube y baja con cada cuadro y está incorporado a la historia que la compañía suiza cuenta con acrobacias, malabarismo y otras habilidades circenses, pero también con música, baile y humor.

La escenografía y el vestuario se nutren de algunos de los objetos y elementos de la naturaleza que aparecen en el telón y en el óleo igual, aunque de tamaño mucho más reducido, que pintó Dalí, como unas muletas, una carretilla y la flor de la planta conocida como diente de león que tapa el rostro de "Tristán".

Las dos figuras centrales del gran lienzo, Tristán e Isolda, protagonistas de un amor imposible en una leyenda medieval, están agrietadas y la vegetación crece sobre sus cuerpos como si estuvieran convirtiéndose en parte del paisaje que se ve al fondo.

Otros elementos de la iconografía daliniana, como los rinocerontes, aparecen también en escena y contribuyen a crear una atmósfera onírica acorde con el surrealismo del artista español, solo rota por el humor de los cómicos o la adrenalina que generan las acrobacias y las contorsiones de los artistas.

En uno de los cuadros tres músicos con cabezas de rinoceronte dan un concierto mientras los acróbatas evolucionan varios metros arriba de las tablas en una especie de escalera al cielo.

En otro los rinocerontes ocupados en los malabarismos del juego del diábolo les "llueven" literalmente centenares de diábolos rojos desde el techo del escenario.

Desde enero de 2013 la obra ha recorrido escenarios de Francia, España y Uruguay, entre otros muchos países. Después de Bogotá, habrá un descanso seguramente hasta agosto, cuando se representará en Graz (Austria).

El contorsionista paraguayo, que lleva siete años en la compañía, cree que el telón de Dalí tiene "vida" en la obra, pero no marca su "sentido general".

"La Verità tiene que ver con todo aquello que hemos soñado, que hemos guardado en nuestras memorias. En esta compañía somos sutiles y expresamos así nuestra verdad", señala Salas.

Finzi Pasca, que estuvo a cargo del espectáculo de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Sochi (Rusia) este año, ha relatado a los medios cómo recibió el inusual encargo de hacer una obra con el telón.

"Antes incluso de que nos ofrecieran este telón, ya teníamos la idea de un tema sobre la verdad. Después nos dijimos: "¡Todos pensarán que ese Dalí es falso!", bromeó. EFE