Independiente Medellín, un legítimo campeón

Martes, 29 / Jun / 2004
 
Colombia.com
Muchos hablan y escriben de la irregularidad del campeonato. Algo cierto. Pero, ¿alguien pone en duda el título de Independiente Medellín?. Fue el mejor de los dos en disputa y mostró su mejor cara cuando muchos equipos se caen: en las finales.

Pensamos que dos de las virtudes más importante del actual campeón del fútbol colombiano es el orden dentro del campo y la inteligencia para plantear cada encuentro.

En los dos juegos inclinó la balanza a su favor con tanta autoridad como efectividad. En el primero fue superior en 75 de los 90 minutos disputados. Convirtió un gol, recibió otro y cuando tenía un jugador menos, anotó el gol del triunfo tras una jugada que plasma de cuerpo completo al equipo. Recuperación de balón, pase a un toque y llegada sorpresiva al área con efectividad. Así llegó la anotación del triunfo el jueves por intermedio de Rafael Castillo. Así jugó el “poderoso” en ataque. Veloz, dinámico y preciso. La primera escena de la final fue la muestra ofensiva del equipo que dirige Pedro Sarmiento.

Luego vino la “facil”. El segundo partido fue negocio redondo. Un planteo inteligente le sirvió a Independiente Medellín para festejar el cuarto campeonato. Jugó con la necesidad del rival. La urgencia que terminó por liquidar a Nacional y dejar servida una nueva Vuelta Olímpica.

Aguantó ordenado. Nunca tiró una pelota a la tribuna. Siempre la jugó limpia. Expedita, todo un lujo en estos tiempos que no importa el espectáculo. Abrió el campo, se aseguró en defensa cuando en el comienzo de la segunda parte Pedro Sarmiento puso en el campo a un defensor más: Carlos Córdoba. Es decir, le cerró la puerta a los verdes que buscaban un gol a como diera lugar y se preparó con soltura para festejar.

Fueron dos partidos en los que el campeón justificó el título. Con una cara el jueves y otra el domingo. Ambas efectivas, correctas y superiores a las de su rival. Propias de un digno campeón. Con autoridad.

Que nadie ponga en duda el campeonato que obtuvo el “Poderoso” porque fue el mejor de los dos. Sin ser un equipo de lujos, ni muchos goles. Sin hacer tacos ni tocar el balón para atrás cuando faltaba un minuto para el final. Sin sobrarle nada, pero siempre dispuesto a jugar y basado en un orden estructural que bien vale la pena aplaudir.

Que no fue el equipo que más puntos sumó en todo el torneo es cierto. Pero ninguno de los “famosos” a saber: América, ni Deportivo Cali, ni Junior, ni Nacional, ni los “pequeños” Deportivo Pasto y Chicó (que le ganó dos juegos en los cuadrangulares semifinales) demostraron tanta concentración y efectividad como el campeón. ¡Salud campeón!

Leonardo Duque
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