¿Confirman que el planeta Urano huele a huevos podridos?

Científicos descubren que uno de los componentes de las misteriosas nubes de Urano es el sulfuro de hidrógeno.

Foto: Pixabay
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Científicos descubren que uno de los componentes de las misteriosas nubes de Urano es el sulfuro de hidrógeno.

Científicos han logrado descubrir la respuesta a uno de los secretos más misteriosos que ocultaba el séptimo planeta del Sistema Solar.

Después de décadas de observaciones y una visita de la nave espacial 'Voyager 2' en 1986, expertos no lograban definir la composición de las nubes de Urano.

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Sin embargo, no se dieron por vencidos y ahora con ayuda de observaciones espectroscípicas sensibles con el telescopio Gemini North en Maunakea (Hawái), astrónomos lograron descubrir el nocivo gas que se encuentra en lo más alto de las cimas de las nubes del planeta gigante.

Se trata del sulfuro de hidrógeno, un gas que le da a los huevos podridos ese olor característico, y que impregna la atmósfera superior del planeta Urano. A pesar de que la presencia de este gas nocivo en la atmósfera del planeta gigante ya había sido planteada hace mucho tiempo, hasta ahora no había sido demostrada.

Este resultado publicado en la revista Nature Astonomy, resuelve uno de los más grandes misterios de uno de nuestros planetas vecinos en el espacio.

Los datos de Gemini, obtenidos con el espectrómetro de campo integrado de infrarrojo cercano (NIFS), tomaron muestras de la luz solar reflejada de una región inmediatamente superior a la capa de nubes visible principal en la atmósfera de Urano.

'Si bien las líneas que estábamos tratando de detectar apenas se notaban, pudimos detectarlas sin ambigüedad gracias a la sensibilidad de NIFS, combinadas con las exquisitas condiciones en Maunakea', explica Patrick Irwin, de la Universidad de Oxford, Reino Unido.

La composición de las nubes de Urano ha sido un tema debatido durante mucho tiempo, sobre si el sulfuro de hidrógeno o el amoníaco dominan la cubierta de las nubes, lo único que faltaba eran las pruebas definitivas de estas hipótesis.

'Si un ser humano desafortunado descendiera alguna vez a través de las nubes de Urano, se encontraría con condiciones muy desagradables y odiosas', dice Irwin.

Los científicos habían especulado que las nubes de Urano y Neptuno también podían contener hielo de amoníaco (NH3), como en los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno, sin embargo, las observaciones previas de ambos telescopios terrestres y la nave espacial Voyager 2 no fueron concluyentes.

Este nuevo estudio revela diferencias atmosféricas entre los gigantes de gas y de hielo que podrían ayudar a responder preguntas sobre la formación temprana de los planetas y su historia, indican los investigadores.

Leigh Fletcher, miembro del equipo de investigación de la Universidad de Leicester, agrega que las diferencias entre las cubiertas de nubes de los gigantes gaseosos (Júpiter y Saturno) y los gigantes de hielo (Urano y Neptuno) probablemente se produjeron durante el nacimiento de estos mundos.

'Durante la formación de nuestro Sistema Solar, el equilibrio entre el nitrógeno y el azufre (y, por lo tanto, el amoníaco y el sulfuro de hidrógeno recientemente detectado de Urano) fue determinado por la temperatura y la ubicación de la formación del planeta', explica.

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