Popayán es una ciudad que lleva la devoción como la bandera de su espíritu, aquí la identificación religiosa se extiende a cada rincón de una capital que se sabe mantener firme en la fe a pesar del paso de los años y de que el mundo pareciera olvidarse del gran creador de la vida.
En 1983 la ciudad fue sacudida por un fuerte terremoto que puso a tambalear la vida, pero no la fe de sus habitantes, varias iglesias que con orgullo custodiaban los payaneses sufrieron graves daños, decenas de vidas se perdieron, pero la confianza en el altísimo, jamás.
Popayán es sinónimo de culto religioso y ese significado cada día se hace más fuerte porque son muchos los visitantes nacionales y extranjeros que quieren llegar a la ciudad blanca y disfrutar de su ambiente y la hospitalidad de sus gentes; claro que, si se puede conocer y admirar una de sus iglesias, siempre será bueno porque el alma se reconforta con la compañía de Dios.
La devoción, los desfiles y procesiones católicas siempre han estado acompañadas por una música muy especial, una que se originaba en el corazón de clérigos y monjes y se plasmaba en partituras en los monasterios. La música religiosa nació para dar alivio al alma y para brindar a quien la escucha paz y serenidad, una perfecta comunión con la oración.
Lo que nació en 1964 como un Festival que reunía lo más selecto de la música religiosa en Colombia, se convirtió con el pasar de los años en una vitrina de la música culta para que la ciudad y sus asistentes puedan disfrutar de un encuentro en el que el conocimiento, la armonía y el virtuosismo musical, nos muestran un país que no solo disfruta con los aires folclóricos, bailables y fiesteros.
Diferentes universos quedan plasmados en bellas obras que el público recibe agradecido, en este festival han hecho eco diversas creaciones impactantes como Las tres acuarelas paisanas del maestro local Claudio Tabusch, Episodio y elegía de Mario Gómez Vignes y la Misa patoja de Diego Arenas; en estas se refleja el sentir payanés y el sentimiento de hombres y mujeres devotos.
La música coral eleva a la máxima categoría este evento con el acompañamiento del Coro de la Cámara de Popayán, institución con más de 50 años de existencia que le confiere a este evento una maestría que es admirada en el país y fuera de él porque los encuentros de su categoría no abundan por este lado del continente y por eso la cita anual de abril en Popayán es un deleite que no puede pasar desapercibido.
Festival de Música Religiosa en Popayán
Con motivo de la pandemia, el Festival de Música Religiosa de Popayán 2020 fue realizado y tuvo que ser disfrutado de manera virtual, diferentes solistas y agrupaciones ejecutaron diversas creaciones desde escenarios sin público y aunque no se ha oficializado, es posible que la edición 2021 se realice de igual manera, todo con el ánimo de protegernos frente al Covid-19.
El Festival nació en 1964 dando inicio a la concreción del sueño de algunos jóvenes amantes de la música culta, hoy llamada “académica”, y desde esa fecha hasta el año actual, se han efectuado 53 ediciones. En su larga trayectoria, el Festival ha hecho posible que en la capital caucana concurran más de 4 mil solistas, grupos, orquestas y coros de 30 países de 4 continentes. Hemos realizado más de 550 conciertos que nos han permitido presentar al público una nutrida muestra de la literatura musical universal que ha incluido el estreno mundial y/o nacional de obras.
En materia de apoyo al talento nacional, el Festival ha sido escenario también para el estreno de obras de compositores colombianos para quienes no es fácil lograr que sus obras sean interpretadas. Algunos ejemplos se dan con la Misa Patoja del compositor Diego Arenas, la Cantata Breve: episodio y elegía del maestro Mario Gómez Vignes, o las Tres acuarelas paisanas del maestro Claudio Tabush. La obra de éste último se refiere justamente a la riqueza natural del departamento del Cauca.
El Festival ha acompañado y dado cabida año tras año a la creación del Coro de Cámara de Popayán que está también próximo a cumplir medio siglo de actividad ininterrumpida, constituyendo una de las principales bibliotecas de música coral que hay en Colombia.
Antes del Evento
Durante el Evento
Después del Evento
Popayán, es la capital del departamento del Cauca, se encuentra localizada en el valle de Pubenza. En el 2005, la UNESCO designó a la ciudad de Popayán como Ciudad Unesco de la Gastronomía por su variedad y significado para el patrimonio intangible de los colombianos. La cocina caucana fue seleccionada por mantener su tradición.