El aura: Un mundo de colores

Conozca más sobre este campo electromagnético que envuelve a todos los seres vivos, y que se ve influenciada directamente por el estado físico, mental y emocional de cada individuo.

Colombia.com - Vida y Estilo
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Conozca más sobre este campo electromagnético que envuelve a todos los seres vivos, y que se ve influenciada directamente por el estado físico, mental y emocional de cada individuo.

En el aura se refleja la personalidad y las situaciones que experimentan las personas, permitiendo, de este modo, interpretar, de forma global, su estado de salud, de ánimo y su actividad mental en el momento presente, así como su tipo de personalidad a nivel general.

El aura de los otros

Para aprender a interpretar el aura de las personas que nos rodean, se puede llevar a cabo el siguiente ejercicio:

- Sitúa a la persona frente a un fondo blanco natural muy iluminado, ya que un fondo de color cambiará los colores del aura, y algunas combinaciones de fondo y colores del aura pueden causar problemas de mal interpretación.

- Escoge un punto para mirar a la persona. Para estos casos se recomienda dirigir la mirada a la mitad de la frente, lugar denominado como “chakra del entrecejo” ó “el tercer ojo”. Por ejemplo, en la India ponen una marca en la frente, en donde esa marca, en tiempos antiguos, significaba la invitación a mirar y ver el aura.

- Mira a este punto por 30 a 60 segundos o más.

- Después de 30 segundos analiza los alrededores mientras miras al mismo punto; resiste la tentación de mirar alrededor. Debes ver que el fondo cerca a la persona es más brillante y tiene un color diferente que el fondo más lejano. Esta es tu propia percepción del aura. Mientras más te concentres, mejor la verás. Recuerda que la concentración en un punto incrementa tu sensibilidad acumulando el efecto de la vibración del aura que llega a tus ojos.

El aura en ti

Para poder observar tu propia aura, debes hacer lo siguiente:

- Busca un lugar cómodo en tu casa, donde nadie te interrumpa durante 10 minutos, aproximadamente.

- Debes ubicarte frente a un espejo, donde te puedas ver por completo, entonces frente al espejo ubícate en una silla o puedes sentarse en el suelo. No olvides que debes agregarle al ambiente una música suave, así como también, inciensos o velas con aromas delicados y sumamente relajados.

- Después de esto, fija tu vista mirando tu rostro (en el entrecejo), y trata de mantenerla así, por unos minutos. Recuerda que no debes de pensar en otra cosa que no sea relajarte; así que respira de manera correcta, profunda y suavemente y verás que todo tu entorno comienza a brillar al poco tiempo.

- Ahora cierra tus ojos y vuelve a respirar contando mentalmente, uno...dos...tres...cuatro... retienes y vuelves a contar, luego de retener exhalas, suavemente, el aire por la nariz, hasta vaciar por completo los pulmones. Repite este procedimiento tres veces más y así culminarás el ejercicio.

- Abre tus ojos lentamente y vuelve a observarte en el espejo; verás la forma de expresión de tu energía, simulando a tu alrededor una iluminación ‘celestial’ con un color en particular.

Ten en cuenta algunos colores con su respectivos significados, ya que de acuerdo al tono de tu aura podrás conocer más sobre ti y el porqué de muchas cosas.

Rojo: Indica ambición, optimismo, valentía, carisma y capacidad para el liderazgo, pero también puede señalar un momento de excesivo nerviosismo e irritación.

Naranja: Refleja habilidad social, diplomacia, sensibilidad y lealtad. En sus variantes negativas puede indicar el deseo de soledad y la intención de evitar cualquier forma de compromiso con los otros.

Amarillo: Refiere lucidez, inquietud intelectual y creatividad. También indica cansancio mental, estrés o un momento de bajo rendimiento intelectual.

Verde: Indica por lo general encanto, determinación y solidaridad. En sus variantes oscuras, puede sugerir egocentrismo, testarudez y envidia.

Azul: Fortaleza, sinceridad, idealismo y gran capacidad de comunicación. En sus variantes negativas, el azul sugiere inestabilidad y ansiedad.

Rosado: Suele indicar afectividad, sacrificio, abnegación y perseverancia. Sin embargo, también pueden ser reflejos de inmadurez o fragilidad.

Blanco: Combina atributos de los demás colores: alegría fuerza, optimismo, amor, creatividad e imaginación. Sin dejar a un lado que puede llegar a ser color de egoísmo y manipulación.

Omaira Guamán Fernández – Revistahogar.com