Por: Paula Castro • Colombia.com

Madonna, la reina del pop, tuvo una noche llena de locuras en épico concierto en Copacabana, Brasil

En una noche que quedará grabada en la memoria colectiva de Brasil, Madonna hizo historia en un escenario monumental de espectáculo y pasión.

Madonna. Foto: Instagram @madonna
Madonna. Foto: Instagram @madonna

En una noche que quedará grabada en la memoria colectiva de Brasil, Madonna hizo historia en un escenario monumental de espectáculo y pasión.

La noche del sábado, la icónica cantante estadounidense Madonna transformó la playa de Copacabana de Río de Janeiro en una gigantesca pista de baile con un histórico concierto gratuito al que llegaron cerca de 1,5 millones de personas para cantar junto a ella y disfrutar de dos horas y media de música y baile sin igual.

Madonna, quien es considerada la reina del pop, cautivó a sus seguidores con un despliegue de sus mayores éxitos de los últimos 40 años de su carrera, todas las personas corearon y bailaron cada una de sus canciones. Durante el concierto, pero además fue un show único e irrepetible con el que Madonna queda en la historia. 

Durante la presentación interactuó con la multitud, acercándose a ellos a través de tres pasarelas que se extendían desde el escenario montado en la arena de la playa de Copacabana. Madonna invitó a un grupo de niños percusionistas de una escuela de samba para acompañarla en la interpretación de "La isla bonita". 

El concierto fue el cierre de la gira de celebración de los 40 años de carrera de Madonna, denominada 'Celebration Tour' y se esperaba tanto del evento que se tuvo que montar una infraestructura similar a la utilizada en las fiestas de Reveillon, cuando millones de personas se reúnen en Copacabana para celebrar el Año Nuevo.

Para interpretar “Erótica”, algunos de sus bailarines dieron la impresión de estar desnudos, ya que únicamente estaban cubiertos con mallas transparentes y el sensual performance incluyó escenas bastante íntim** entre Madonna y su equipo.

Además, según Infobae, la cantante rindió homenaje a los artistas víctimas del VIH durante la interpretación de “Live to Tell”. En pantalla gigante y en blanco y negro, fotografías de celebridades fallecidas a causa de esta enfermedad se proyectaron, entre ellos, Freddie Mercury, Renato Russo, Cláudia Magno, Caio Fernando Abreu, entre otros.

Al final del concierto, en un homenaje conmovedor a Michael Jackson, Madonna sorprendió al público al incorporar un espectáculo de sombras en los minutos finales. Reviviendo la silueta del Rey del Pop y fusionándola con la suya, ambos íconos bailaron juntos mientras resonaba una mezcla de "Billie Jean" con el instrumental de "Like a Virgin".