Las comodidades de los “paras” en la cárcel

Los 43 mandos de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) gozan de algunas comodidades en la cárcel de Itagüí, noroeste del país, constataron periodistas invitados al centro penitenciario.

Un piano, internet, un cultivo de orquídeas y tres cocineros propios son algunos de los privilegios de estos jefes quienes aguardan el desarrollo de sus procesos judiciales.

En algunas de las 21 celdas, por ejemplo, comprobaron periodistas invitados a una "vista de puertas abiertas" a ese penal de máxima seguridad, hay, además, diez teléfonos móviles, libros, computadores con internet y televisores de plasma.

Los internos de ese pabellón paramilitar, asimismo, disponen del servicio de tres cocineros exclusivos para ellos, y esos privilegios, según el general en retiro Eduardo Morales, director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), no riñen con el reglamento.

Algunas de las celdas tienen cuatro metros de largo por tres de ancho y prácticamente todas fueron "decoradas" por sus huéspedes y tienen televisores, algunos de pantalla grande, y equipos para ver películas.

Por ejemplo, en la de Salvatore Mancuso, ex jefe máximo de las AUC, hay una enorme cartelera en la que ha pegado las fotografías de un bebé de pocos meses, hijo suyo con su actual compañera sentimental.

En la celda de Ernesto Báez, un piano en el que el considerado responsable político de esos grupos de la ultraderecha, toma clases. También dispone de un computador en el que escribe frecuentemente e, incluso, reveló a los periodistas que en breve sale a imprenta un libro suyo "sobre la violencia" en Colombia.

En la misma celda, Báez, alias de Iván Roberto Duque, tiene muebles de madera y una de las paredes está adornada con una gran fotografía del fallecido papa Juan Pablo II.

Los paramilitares presos en esa cárcel desde hace algo más de cuatro meses disfrutan, además, de una cancha de micro fútbol y de equipos de gimnasio y algunos libros.

En la celda que comparten Freddy Rendón Herrera, "El Alemán", y Rodrigo Tovar Pupo, alias "Jorge 40", el primero tiene un cultivo de orquídeas que pronto tendrá que trasladar a un lugar más apropiado de la cárcel.

Además, "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez, es "el libro de moda" en el penal, dijo uno de los mandos desmovilizados a los periodistas.

Los mismos reporteros se dieron cuenta también de que "El Alemán" lee en estos días la novela del escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura de 1982, en la edición conmemorativa de los 40 años de su publicación y por los 80 años del autor.

"El Alemán" y Jorge 40", igualmente, ante la escasez de espacio, ordenaron construir un armario en el mismo techo de la celda.

Los periodistas invitados a la cárcel fueron testigos, asimismo, del menú para el viernes, día de vigilia: sopa de pescado, pescado en salsa, plátano, arroz y postre.

Todo el menú fue preparado por sus cocineros de confianza, quienes, además, son los encargados de ingresar a la cárcel sus propios víveres "por temor a un envenenamiento", según reconocieron.

Con información de EFE