Defensores de DD.HH condenan represión en Catatumbo

La FIDH y el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) condenaron hoy "la represión y criminalización de la protesta social el Catatumbo, al norte de Santander.

Colombia.com - Actualidad
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La FIDH y el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) condenaron hoy "la represión y criminalización de la protesta social el Catatumbo, al norte de Santander.

Los dos organismos pidieron "el cese inmediato de las hostilidades, agresiones y violaciones" de los derechos humanos contra los manifestantes de Catatumbo, informaron en un comunicado.

Recordaron que el pasado 22 de junio, efectivos del escuadrón movil antidisturbios (ESMAD) y comandos contraguerrillas arremetieron violentamente contra los campesinos que desde el 10 de junio protestan para exigir una solución a la crisis humanitaria que se enfrenta en la región del Catatumbo.

Solicitan en ese marco "el reinicio de la Mesa de Interlocución y Diálogo instalada en el 2009" y la declaración de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo, figura de ordenamiento territorial que busca entregarles a campesinos de escasos recursos tierras que son del Estado y que no se están aprovechando, explicaron en la nota.

Los campesinos piden igualmente la ejecución de un programa de sustitución gradual y concertada de los cultivos ilícitos y la suspensión de los proyectos de la locomotora minera, así como de la política del plan de consolidación en la zona, recordaron la FIDH y el CPDH.

En el ataque, "perpetrado con gases lacrimógenos, balas de goma y ráfagas de fusil por tierra y por aire desde helicópteros", murieron dos jóvenes campesinos, Leonel Jácome y Edison Franco Jaimes, cerca de diez personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad, añadieron en su nota.

Recordaron igualmente que desde el 19 de junio, el ESMAD está reprimiendo la protesta social en Ocaña, agrediendo con macanas, gases lacrimógenos, balas de goma y a partir del 22 de junio balas reales a los manifestantes, ocupando y destruyendo viviendas, y ocupando una escuela como centro de operaciones. EFE