Esta es la película de Toc Toc una aterradora cinta que engloba traumas juveniles

En esta aterradora cinta hay dos niños que tienen algo en común y es que han tenido que enfrentar una aterradora pesadilla. Los niños siempre han sido los protagonistas en películas de miedo, como es el caso de Stephens quien interpreto al anticristo en la película La profecía; O’Rourke quien se hizo famosa por la trilogía de The Poltergeist y quien tristemente falleció en 1988 a los 12 años y Lyra Blair impactó por su papel de una niña atormentada por una entidad sobrenatural en The Boogeyman. 

Ahora Norman se une al grupo de chicos famosos en el horror con la aterradora cinta de Toc Toc: el sonido del mal o conocida también como Cobweb, en inglés, que llegó a los cines el pasado jueves 31 de agosto para dejar atónitos a todos los que vean la cinta.

En la película interpreta a Peter, un niño que vive atormentado por un extraño sonido en la pared de su dormitorio. Lo que sería un vecino molesto o una presencia paranormal, en realidad se convierte en un intenso elemento de tensión. Obviamente, el protagonista va experimentando una transformación emocional ante esa tenebrosa experiencia.

Además de que el ambiente en el que vive con su familia no lo ayuda, ya que sus padres no creen en lo que sucede y menos actúan a tiempo y tienen una relación que es muy extraña, su falta de iniciativa para solucionar o entender lo que sufre su hijo solo detona más conflictos e intrigas.

La cinta podría ser un cuento de hadas retorcido, una historia que se alimenta de los ingredientes más comunes del terror psicológico, que no teme llevar contra las cuerdas la fragilidad o naturaleza infantil; que usa los sobresaltos y una atmósfera hogareña asfixiante y que en realidad es capaz de dar unos cuantos giros inesperados, aunque queda claro que no busca descubrir nada o crear algo muy innovador. 

Toc Toc: el sonido del mal y su director, el francés Samuel Bodin –que se hizo famoso por la serie de horror Marianne para Netflix– juegan con todos esos tópicos y consiguen una experiencia incómoda y hasta entretenida.

En el contexto del filme, las paredes gruñen y lo que encierran puede llevar al protagonista a la demencia. “Esta película es como una canción infantil, disonante y tambaleante. Como una broma de Halloween que salió mal, llena de color y amenaza (...). Es retorcida, con una sorpresa malévola en el medio. Un pastel de cumpleaños envenenado”, recordaba su director en una entrevista.