John Wick, lo mismo pero distinto

Todos los días han sido buenos para matar para esta saga cuyo contenido de acción es muy elevado y la convierten en una de las más esperadas cintas del género recogiendo millones de billetes y una especial devoción alrededor del mundo.

John Wick no revoluciona el concepto de acción, es un resumen que no varía la fórmula: disparos, peleas memorables, explosiones, arte marcial y diálogos trillados en donde la trama trata de mostrarse en los primeros minutos, luego el señor Wick da rienda suelta a todo su arsenal de plomo, puños y patadas en donde se despeina, conduce a gran velocidad, pasea a su perro y muestra sangre, no la misma cantidad que brota de los cuerpos de sus enemigos pero herido y sangrando es mucho más peligroso.

En esta película la estructura está soportada en el protagonista quien gracias a su imagen es quien le da brillo a la historia, aunque es tan grande su presencia en la pantalla que la historia es lo de menos.

Existe un elemento que le da brillo y un rótulo único a la producción y es ese universo propio tan difícil de alcanzar pero que aquí se alcanza con creces, John Wick tiene una atmósfera que la convierte en esperado estreno, ¿Será que tiene cuerda para rato?, los amantes de la acción y en especial de esta película adoran el estilo de John Wick, nada que ver con los remachotes de ochentas y noventas a los que les faltaba el glamour de esta secuela.

Con John Wick se puede pasar un buen rato, entretiene de principio a fin sin importar que la película no compita como lo mejor del cine, pero en su género ya tiene un terreno ganado como una de las mejores. Si le gusta el plomo ventiado y admira a Keanu Reeves, diviértase con esta película que con su alto punto en las escenas de acción puede caer fácilmente en lo inverosímil, recurso inevitable cuando se agota la sustancia.

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