Llega la hora de la verdad en el Giro de Italia: comienza la montaña

Las tres etapas siguientes son de alta montaña, hay un día de descanso, le sigue una cronoescalada y dos jornadas más de duro ascenso 

Colombia.com - Deportes
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Las tres etapas siguientes son de alta montaña, hay un día de descanso, le sigue una cronoescalada y dos jornadas más de duro ascenso 

El Giro de Italia entra en la hora de la verdad con las etapas de alta montaña, en la zona más esperada para disfrutar del espectáculo de los grandes puertos y del enfrentamiento directo entre los favoritos, que anuncian batalla en la general con tres etapas de máxima exigencia que incluyen el descenso del "polémico" Crostis, el del 'sterrato' (carretera de tierra).

De Rávena a Spilimbergo, de la costa adriática a los Alpes y Dolomitas, de la llanura a la montaña, con la polémica como precedente por culpa de un tramo de tierra en el descenso del Crostis que la organización mantiene a fuego y los corredores miran con recelo, incluso con miedo.

"Va a ser caótico, no hay por qué asumir esos riesgos y no es normal que el director se tenga que subir en una moto y que haya solo asistencia de ruedas y no de bicicletas", se volvió a quejar Alberto Contador.

Pero la organización no quiere saber ahora nada de quejas. Angelo Zomegnan sigue tajante: "Crostis si....y punto". Y explica que el recorrido se conoce desde el pasado octubre y en marzo los directores de los 23 equipos dieron el OK. "Además he enseñado un vídeo a varios corredores (Contador, Nibali, Scarponi, Gazelli, Millar...) y han visto que el Crostis ahora no tiene nada que ver con el de antes", dice.

Por lo tanto el pelotón, si no lo impide el mal tiempo, en cuyo caso "habría un plan B, C y D, que podría incluir subir cuatro veces el Zoncolan", bromeó Zomegnan, el pelotón se dirige hacia el territorio comanche del Giro. Antes, en la salida de la decimotercera etapa en Spilimbergo, los directores de los 23 equipos se van a volver a reunir para fijar las condiciones en el Crostis.

Contador entra en la montaña como jefe después de su exhibición en el Etna, con Nibali a 1.21, Scarponi a 1.28, Arroyo a 1.37 y Kreuziger a 1.41. Será el blanco de ataques y emboscadas de todos los equipos aspirantes a la maglia rosa. Todos contra él.

"Empiezan las etapas que van a decidir el Giro de Italia. Llego en buena condición pero los rivales van a querer aprovechar sus oportunidades. En la primera etapa seguro que habrá mucho movimiento y se verá quien ha recuperado mejor", explica Contador.

Vincenzo Nibali (Liquigas) sigue pensando en que corre "pa ser primero y no segundo". El siciliano asegura que comienza "una semana que decidirá el Giro".

" Creo que la más decisiva puede ser la tercera, la de Gardeccia, que acumula mucho desnivel (6.000 metros) y se disputa después de dos días muy duros. Llego bien, de piernas voy como los demás, pero de cabeza mejor", explicó.

Respecto al Crostis, el líder del Liquigas, no se muestra excesivamente preocupado. "Me da igual, lo tenemos que pasar todos", zanjó.

Aún ambicioso, Nibali sigue admitiendo la superioridad de Contador. "Da la impresión de ser superior a todos, tiene un pedaleo muy fácil. No sé si es imbatible, pero lo tenemos que probar, y no voy a estar yo solo, sino también Scarponi y Kreuzeger, entre otros. En el Etna estuvo imbatible, pero en Montevergine le vi menos seguro".

David Arroyo (Movistar), segundo en el Giro 2010, espera ver a partir de este viernes "las cartas encima de la mesa".

"Yo voy con vida y con un equipo preparado para la lucha. La etapa del domingo es para tenerla mucho respeto, serán 230 kilómetros después de dos días muy duros", señala el corredor de Talavera.

Ante el Crostis, Arroyo apuesta por la prudencia. "La bajada del Crostis habrá que afrontarla con mucha precaución, si arriesgar más de la cuenta para no jugársela", dijo.

El Giro entra en Austria con la decimotercera etapa entre Spilimbergo y Grossglockner, un trayecto de 167 kilómetros con final en el puerto austríaco tras un ascenso de 12,6 kilómetros a un 6,3 por ciento de pendiente media y un 10 de máxima. En el camino se incluyen el Monte Croce Carnico (2a), el Gailberaltel (3a) y el Iselbergpass (2a). La jornada más suave del tríptico.

La decimocuarta es la del Zoncolan, puerto donde ganó Ivan Basso en 2010 y Arroyó lució la maglia rosa, y el inédito Crostis. De nuevo el sterrato en un tramo calificado de "miedo" por Contador, quien fue a inspeccionarlo después de la Flecha Valona. La zona de la discordia, de la polémica, la que no quiere ver ni en pintura Bjarne Riis, el director de Contador en el Saxo Bank.

El técnico danés propuso la eliminación del tramo sterrato, pero solo consiguió la indignación de Zomegnan. "El recorrido lo pone la organización y los ciclistas corren". Y punto. Siempre categórico el ex periodista del diario oficial del Giro.

La tercera y última etapa del tríptico, antes de la segunda jornada de descanso acumula más de 6.000 metros de desnivel. Jornada maratoniana después de dos días intensos, con cinco puertos, el Piancavallo (1a), Forcella Cibiana (2a), el Passo Giau, la cima Coppi (1a), a 2.236 metros de altitud, el Passo Fedaia (La Marmolada, 1a) y final en Gardeccia (1a), con 6,2 kilómetros de ascenso al 10 por ciento.

Michele Scarponi (Lampre) se agarra al coraje ante los momentos claves del Giro. "Es posible", dice.

"Serán etapas muy duras y mu bonitas y antes del domingo voy a atacar. En el Etna perdí un duelo con Contador, pero quedan más opciones, por ejemplo lo podría intentar en el Zoncolan", dijo el italiano.

Por su parte, el checo Roman Kreuziger (Astana), se suma al frente de batalla. "Creo que cuento con el mejor equipo y no hay nada decidido, menos con las etapas que vienen. Voy a esperar el momento de demostrar que Contador no es imbatible, aunque hasta el momento ha sido el más fuerte".

Comienza el infierno. Esperan más de 10.000 metros de desnivel en tres etapas. "Es una carrera de eliminación, para fondistas, y espero encontrarme bien porque mis objetivos de luchar en la general no han variado", comenta "Purito" Rodríguez. Empieza el combate. Todos contra Contador. EFE