Karl Lagerfeld: Un niño y un gato serían sus herederos

El mundo de la moda está de luto con la partida de Karl Lagerfeld. El legendario diseñador alemán, uno de los más influyentes del siglo XX, ha sido durante gran parte de su trayectoria uno de los principales y más reconocibles referentes de esta área.

Diseñadores, modelos, firmas, críticos, todo a su alrededor se paralizaba cuando se anunciaba cada uno de sus esperados desfiles, ya sea para Chanel, casa de alta costura para la que trabajó como director artístico desde 1983, o para su propia marca.

Durante su exitosa carrera, el 'kaiser' se rodeó de gente de su máxima confianza pero, entre ellos, sobresalía la figura de 'Choupette', su inseparable gato que ahora se ha convertido en el minino más rico del mundo tras ser nombrado principal heredero de su inmensa fortuna.

Como comentó Lagerfeld en 2013: "No hay matrimonio para los seres humanos y los animales... Nunca pensé que me enamoraría así de un gato".

El felino, que originalmente era propiedad de la modelo francesa Baptiste Giabiconi, se convirtió en el presente más preciado del diseñador en la Navidad de 2011, tras un viaje de su dueña por motivos laborlaes. Durante estos 8 años fue su inseparable compañero, teniendo todo tipo de privilegios, por ejemplo, dos empleados se ocupaban exclusivamente de su bienestar, tenía desde 2012, su propia cuenta de Twitter y contaba con un espacio exclusivo en el Hotel Rosewood de París.

Un segundo heredero

Lagerfeld tenía una riqueza estimada de US$200 millones. Hudson Kroenig, que no es familiar directo, pero sí su ahijado, sería uno de los beneficiarios.

Para nadie es un secreto que el diseñador era un excéntrico personaje que no tuvo descendencia propia y, según sus propias palabras, tampoco “ninguna familia”.

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Por ello, siempre sintió especial afecto por las personas que lo rodeaban en su trabajo y por los modelos de sus desfiles, muchos de los cuales llegaron a la cúspide gracias al impulso del director de la Casa Chanel.

Entre los modelos masculinos que apoyó estaba Brad Kroenig, a quien conoció en la década de 2000 y quien pronto se convirtió en uno de sus favoritos. Entre ellos creció una gran amistad. Cuando Kroenig se casó y tuvo a su primer hijo, Hudson, no dudó en pedirle a Lagerfeld que fuera padrino de bautizo.

“Veo a los chicos como familia”, le dijo el diseñador a The New York Times. “No tengo familia en lo absoluto entonces es bueno tenerlos como hijos, pero sin los problemas que un hijo pueda crear”, señaló.

El chico incursionó también en el modelaje de la mano de su padre y su ‘tío Karl’ y ha estado en varias campañas. De hecho, acompañó a Lagerfeld en muchas de sus famosas pasarelas.