Lo que sigue uniendo a Daniela Ospina y James Rodríguez: la conexión que va más allá de Salomé
Daniela Ospina aún lleva en su piel la marca de su amor con James Rodríguez.
Daniela Ospina aún lleva en su piel la marca de su amor con James Rodríguez.
Daniela Ospina es una de las mujeres con más poder en las redes sociales ahora en Colombia y es que a pesar de que no reside aquí, la mayoría de su público si es de acá, por lo que muchos están al pendiente de cada detalles de la expareja de James Rodríguez con quien tuvo a su hija mayor, Salomé.
Sin embargo, recientemente salió a la luz cuál es el otro detalles que los sigue uniendo a pesar de los años y que cada quien ya tiene su vida hecha aparte, de hecho Daniela ya está casada y tiene un bebé nacido hace muy poco con Gabriel Coronel, por su parte, James también tiene otro hijo nacido por un alquiler de vientre.
Resulta que en el tiempo que estuvieron juntos, ambos se marcaron en la piel el amor que se sentían en dicho momento por medio de un tatuaje de una corona, sin embargo, dicha relación ya llegó a su fin, y por su parte Daniela aún tiene el tatuaje, lamentablemente el futbolista se lo borró hace un tiempo, así lo dio a conocer al menos en una transmisión de streaming.
Eso sí, por siempre quedará en su piel al menos una mínima huella de que esta marca estuvo en su piel, así como lo es su pequeña hija, la cual los tendrá unidos durante toda la vida, y gracias a ella de hecho tienen una muy buena relación, es bastante cordial y son buenos amigos, de hecho se admiran, pues saben que por una razón sus vidas se juntaron y ahora cada uno es feliz con el camino y la vida que formó.
Cabe recordar que hace poco dio a conocer la razón por la que su relación no funcionó, ella destacó que la relación no abría comenzado muy bien, sobre todo por su madurez mental, pues aún era muy joven y la presión social llegó de golpe, “Más allá de eso me agarró como muy niña y creo que no tenía la madurez mental como para aceptar todas las cosas que hoy en día quizás acepto o que ya me resbalan ya (...) En ese momento me sentía una mujer demasiado insegura, me costaba mucho a la hora de vestirme, de estar, como en el ojo, en el que dirán (...)”.