Estrellas obedecen y no se toman selfies en la alfombra roja

Tal y como lo advirtieron los organizadores del Festival de Cannes, las selfies fueron las grandes ausentes en la alfombra roja, pues estos las consideran “una costumbre ridícula y grotezca”.

Aproximadamente un mes antes del festival, que recién se inauguró, su delegado general, Thierry Frémaux, dijo que no quería pasar por policía, pero que el hábito de los selfies "pararse cada dos metros para hacerse una foto de sí mismos...", mejor guardarlo para otra ocasión.

Al parecer, solo una pareja de desconocidos osó saltarse la regla y subió las escaleras del Palacio de Festivales e hizo una parada en cada peldaño para autorretratarse.

Los demás asistentes, obedientes, lucieron talle y figura en una pasarela por la que desfiló un generoso número de astros del cine, para deleite de los fans que se agolpaban a los lados, esperando un autógrafo o una selfie con las personalidades.

Julianne Moore, Naomi Watts, Jake Gyllenhall y Sienna Miller, junto a los hermanos Coen, Guillermo del Toro, Rossy de Palma o Sophie Marceau, conforman la lista de celebridades que fueron más asediados por las cámaras para las cámaras.

Natalie Portman, que debuta en Cannes como directora, asistió de la mano de su marido, el bailarín francés Benjamin Millepied.

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