Un Spa en su propio hogar
La falta de tiempo y, muchas veces, de dinero, hacen que hacerse una “escapadita” a un spa parezca todo un lujo. Pero, ¿qué diría si pudiera tener un spa en su propio hogar?
La falta de tiempo y, muchas veces, de dinero, hacen que hacerse una “escapadita” a un spa parezca todo un lujo. Pero, ¿qué diría si pudiera tener un spa en su propio hogar?
La falta de tiempo y, muchas veces, de dinero, hacen que hacerse una “escapadita” a un spa parezca todo un lujo. Pero, ¿qué diría si pudiera tener un spa en su propio hogar?
Muy posiblemente, su caso sea el mismo que el de cientos de hombres y mujeres de las ciudades, cuyas tareas diarias los desgastan hasta extenuarlos, pero no disponen del tiempo o dinero necesarios para poder dirigirse a un tranquilo y apacible spa, que lo provea de todo el relax que está necesitando.
Hacerse un tratamiento en un spa, puede resultar importante para cualquier persona de mediana edad, ya que previenen que se agudicen los casos de estrés u otros tipos de problemas nerviosos.
De hecho, en estos centros, uno puede lograr una sensación de rejuvenecimiento y una fuerte recarga energizante, que lo hacen sentir casi una nueva persona, nuevamente dispuesta a enfrentar el exigente mundo actual.
Pero no sólo de tiempo y dinero se trata: en estos alocados tiempos, es posible que se sientan aún más cansados de pensar todo lo que debería recorrer, en auto o transporte público, para llegar a uno de estos lugares.
No se preocupe, para todo esto existe una solución: realizar un tratamiento de spa en su propio hogar, ya que no importa dónde haga el tratamiento, sino que consiga hacerlo...
Comenzando el spa hogareño
En primer lugar, escoja un día en el que pueda distenderse totalmente, sin sufrir ningún tipo de interrupciones, y comience a instalar un spa en su propio hogar.
Pídale a todos sus familiares, que, por ese día lo dejen sólo en su casa.
Luego, deberá separar un área particular, dentro de su hogar, destinado únicamente a su entera relajación y gozo durante esa jornada.
Comience el día tomando un buen desayuno con jugos de fruta, para luego entregarse a un largo y agradable baño de inmersión.
Convierta su baño en parte de su centro de tratamiento. Ponga velas encendidas alrededor de la tina, varios sahumerios naturales, y escoja una música suave y relajante, para escuchar mientras toma su baño.
Asegúrese de tener su loción de burbujas de baño preferida, un jabón muy perfumado, y un gran número de aceites de baño.
Tome también salida de baño preferida, junto a una gran toalla para utilizar antes y después de entrar al baño (gracias a la cual no sentirá grandes cambios de temperatura, los cuales pueden ser nocivos para su cuerpo, pero también, muy contraproducentes para su objetivo de lograr una buena relajación).
También debe secarse tranquilo después de un relajado y largo baño, con una toalla caliente, para estimular, energéticamente, todo su cuerpo.
Una vez que termine de sacar la espuma de su cuerpo, utilice alguna buena loción perfumada para esparcir por todo su cuerpo, y “deslícese” en un atuendo liviano y cálido (para ello, deberá dejarlo algunos minutos sobre algún lugar caliente, como el calefactor o el termotanque).
Luego, será tiempo de dejar correr el vapor por su cara, durante cerca de quince minutos. Para esto, deberá inclinar su rostro sobre una pava u olla con agua caliente -sin tapa, pero cubriendo su cara con una toalla- que largue mucho vapor -y probando antes que no lo queme-.
Lo ideal, sería que también utilice una máscara facial, para aprovechar y realizarse un tratamiento de la piel. Mientras aguarda al menos quince minutos con la máscara puesta, podría aprovechar para ser su propio manicuro y pedicuro.
Una vez que pasen estos quince minutos (o termine su tratamiento de uñas, ya que, recuerde, cuanto más tiempo mejor) quite la máscara facial y aplique una loción que mantenga humectada su rostro.
Luego, sería un muy buen momento como para realizarse un masaje, pero como este es su día especial, y usted lo está pasando a solas, tendrá sí o sí que sustituirlo.
La mejor cosa que podrá hacer para reemplazarlo, será realizarse un masaje mental, con un buen libro (o película de video, pero se recomienda lo primero), una buena taza de té caliente, y un sillón muy cómodo.
Tal vez no sea lo mismo que pasar un día en un spa con vista a campos y praderas, pero podemos asegurarle que le resultará mucho más sencillo de llevar a cabo y, por supuesto, más económico.
Recuerde que es fundamental saber cuándo parar y darse un cierto tiempo para usted mismo, lejos de las locuras y los problemas cotidianos. Por eso, luego de leer esta nota, lo mejor que puede hacer para es comenzar a planificar su propio spa, en su propio hogar.
Poner el freno, y tomarse un día para darse un tratamiento de spa, lo harán sentir una nueva persona, al tiempo que le evitarán muchos problemas futuros, que podrían ser mucho más difíciles de solucionar que con un simple spa…
Enplenitud.com