El fin del covid reactiva las extradiciones

Un problema sanitario de gran escala no visto antes por estos lares en el último siglo que se llevó por delante a millones de vidas humanas, dejando también con una herida prácticamente mortal a la economía planetaria. Por si esto fuera poco, la reciente guerra que se lleva a cabo en el Este de Europa, no ayuda a que el planeta vuelva a su ser de una manera célere. 

Para llegar a ese punto, aun queda un largo camino por recorrer, pero poco a poco se está atisbando la luz al final del túnel después de tantas olas de contagios. Todo se paralizó, o al menos no se realizó de la manera que venía realizándose con anterioridad a marzo de 2020. Aspectos como la ralentización de una extradición de España a Colombia o de cualquier acción de similar naturaleza y que tuviera como uno de los agentes a la Administración Pública Española.

Esta paralización se basó en un principio de reciprocidad justo, que durante este tiempo ha sido una de las bases sobre las que se ha regido toda la actividad de inmigración entre España y el resto de países. 

Otro de los factores clave que incide en este parón momentáneo de las extradiciones, es el cese de vuelos y viajes que se ha producido durante toda esta pandemia. Los trayectos aéreos quedaron durante un tiempo totalmente prohibidos para así buscar el cese en los contagios y por lo tanto no se estaban produciendo extradiciones. Ahora la película es bien distinta a que las operativas de los Aeropuertos Internacionales van volviendo a la normalidad y acogiendo el número habitual de vales que se asemejan a los de pre pandemia. 

Por norma general, los acuerdos en lo que a las extradiciones se refiere, se rigen por acuerdos bilaterales. En el caso de España y Colombia por el Tratado de Extradición sellada por ambas naciones y que data del 23 de julio del año 1892. En ese documento, españoles y colombianos se comprometieron a entregarse recíprocamente a los individuos condenados o acusados por los tribunales de uno de los Estados firmantes. Sin embargo, ninguna de las Partes contratantes queda obligada a entregar a sus propios ciudadanos o nacionales. Si bien, en esos casos, se comprometen a perseguirles y juzgarles conforme a sus leyes. Es cierto que, durante este más de un siglo de vigencia, algunas cláusulas de extradición se han ido renovando y adaptando a la realidad de cada tiempo.

Después de dos años, algo tan banal como pueden ser las extradiciones a nivel bilateral van recobrando poco a poco la normalidad. Los protocolos en este campo también se han visto modificados definitivamente con motivo de la pandemia, priorizando los trámites online en detrimento de su realización física como hasta ese momento.