La “joya maldita” de Lady Di que ningún miembro de la familia real quiso volver a usar: ¿por qué?

La princesa Diana, también conocida como Lady Di, se robó el corazón de las personas de muchas personas y la atención de todos los reflectores en vida, no solo por su gran carisma, sino por su particular y hermoso estilo, haciendo que muchas de las prendas o accesorios que usaba marcaran tendencia en el mundo de la moda.

Precisamente, algunas de las joyas que lució en sus numerosas apariciones en público, actualmente son usadas por diferentes miembros de la realeza, como los son sus nueras Kate Middleton y Meghan Markle; sin embargo, hay un extravagante artículo que nadie volvió a usar, aunque en su momento generó gran impacto.

Se trata de un collar que contiene una cruz de Attallah, elaborada con amatistas cuadradas y diamantes circulares, de 5,25 quilates y con diseño floral de aproximadamente 136 x 92 milímetros, tal como lo han dado a conocer algunos medios; pero, a pesar de su belleza y gran valor, ningún individuo de la familia real quiso volver a portarlo, ¿por qué?

Algunas de las hipótesis o versiones que han salido a la luz, catalogan esta joya como una “cruz maldita”, motivo por el cual nadie se habría atrevido a portarla nuevamente, si se tiene en cuenta el desafortunado y trágico desenlace que tuvo la princesa, tras sufrir un accidente de auto que le arrebató la vida.

No obstante, la revista ‘¡Hola!’ aclaró dichos rumores dando a conocer que la razón por la que no se volvió a ver a la realeza con el artículo es porque no le pertenecía a Lady Di; el dueño de dicho accesorio era Naim Attallah, exdirector del grupo Asprey & Garrard, y decidió prestársela para que la luciera, teniendo en cuenta que tenían una relación cercana.

De hecho, fue el mismo hijo de este hombre, Ramsay Attallah, quien aclaró la situación y dio a conocer los detalles; además, la donó en el año 2023 para que fuera subastado por Sotheby’s, un remate en el cual Kim Kardashian quien terminó comprándolo, por más de 162 mil libras, más de 800 millones de pesos colombianos.