Invitación a Cuba depende de consultas con los demás países

Toda una encrucijada diplomática afronta el Gobierno colombiano tras la decisión de Cuba de querer participar en la Cumbre de las Américas que se llevará a cabo el 14 y 15 de abril en Cartagena y con un nuevo pronunciamiento de la Casa Blanca indicando que el país del Caribe no debe asistir a la Cumbre hasta que no emprenda reformas democráticas, tanto si se reintegra en la Organización de Estados Americanos (OEA) como si no.

Fuentes de la Cancillería indicaron que será el propio presidente Juan Manuel Santos quien tome la determinación de invitar a Cuba como país observador a la Cumbre, una figura que le impediría al Gobierno de Raúl Castro intervenir en los debates que se lleven a cabo en el encuentro.

La Cancillería colombiana sigue recurriendo a los canales diplomáticos y mantiene conversaciones con los gobierno de Ecuador, Venezuela y Cuba, para contrarrestar cualquier posición política que ponga en riesgo la cumbre y busca una determinación consensuada con los 34 países participantes para concretar si se expide o no una invitación oficial a Raúl Castro y su delegación.