Gobierno asegura que en Bogotá no operan las nuevas "bandas criminales"

El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, dijo que ni en Bogotá, ni en ningún municipio del departamento de Cundinamarca operan las llamadas bandas criminales ‘Bacrim’.

Ministro de Defensa. Rodrigo Rivera. Foto: EFE
Ministro de Defensa. Rodrigo Rivera. Foto: EFE

El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, dijo que ni en Bogotá, ni en ningún municipio del departamento de Cundinamarca operan las llamadas bandas criminales ‘Bacrim’.

"En el país existen siete bandas criminales, ninguna de ellas tiene operación en Bogotá, ninguna de ellas tiene operación en los alrededores de Bogotá", señaló el ministro a periodistas tras liderar un consejo de seguridad en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.

Explicó que tampoco hay presencia de "Bacrim" en ninguno de los municipios de Cundinamarca (centro), según se desprende de informes de inteligencia de agencias del Estado.

Indicó que en Bogotá las autoridades deben hacer frente a la "criminalidad ordinaria", es decir los atracos callejeros, los robos a viviendas y de teléfonos móviles y otro tipo de violencia.

Según Rivera, en el primer trimestre del año la tasa de homicidios en la capital del país disminuyó en cerca del 9 % frente al mismo período del 2010 y también se redujeron los casos de hurto y de lesiones personales.

La semana pasada, la Corporación Nuevo Arco Iris, un centro de análisis y estudio sobre el conflicto y paz en el país, señaló que los neoparamilitares de Colombia han tomado el camino que trazaron en el pasado los grupos de la desaparecida organización AUC, al alcanzar una presencia nacional y constituirse en asociaciones o confederaciones.

El director de esa entidad, León Valencia, señaló que las bandas que surgieron tras la disolución de las AUC entraron en un proceso de agrupación que las tiene reunidas en siete "grupos grandes" que convergen en 22 denominaciones de grupos neoparamilitares o de bandas criminales.

Según Valencia, las "Bacrim" tienen ahora presencia en 293 municipios y se les atribuyeron unos 7.000 de los homicidios cometidos el año pasado en el país. EFE